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17/3/16

M. Capilla


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Hola a todos, en realidad no tengo nada que ver con La Sabinosa, pero soy una mujer de 29 años a la que le han llegado vuestros tristes testimonios a raíz de investigar tras ver el documental de TV3 y una parte de angustia ha recorrido mi cuerpo, y ha pasado de la pena a la humanidad, al coraje, a definir nuestros valores, que no son otros que los de la madre tierra, donde reina el amor por encima de todo, identificar la verdad desde otros puntos de vista y afirmarse una, en su teoría, de que de cara a la galería contaban una cosa pero luego siempre era otra, donde los pobres pagaban todo. Pobreza, hipocresía moral, abusos, limitaciones, odio, pruebas médicas dudosas... Cuanto mal, cuanta excasez de humanidad, cuanto indigno es el poder...
Quiero deciros, que al final hay que perdonar/se, hay que asumir y crearse un parche que nos sane interiormente, espero sinceramente que vuestras heridas sanasen en vuestra alma y tengáis una vida plena y llena de afectos. Y apoyo vuestro deseo de rescatar tanta injusticia, adelante. 
 Un saludo a todos de una que pasaba por aquí.
 
EliminarGracias por "pasar por aquí" M. Y gracias por tu comentario. Aceptamos los sabinosos tu expresado sentimiento de afecto y comprensión como un bálsamo para nuestros recuerdos de aquella infancia, similar a las que ahora nos muestran los informativos de otros niños en países no tan lejanos.
Bien es cierto que, en general, los sabinosos a pesar de mantener recuerdos tan desagradables de su niñez, han sabido sobreponerse, crear sus propias familias y vivir con plenitud lo que a cada quien le ha deparado el destino o la voluntad propia.
Puedes seguir pasando por aquí siempre que quieras y déjanos tus opiniones siempre bien venidas.
Con todo afecto/Scila.

15/3/16

Adios y bienvenido



Adiós, o mejor, hasta la vista para el viajero impenitente, aquél que cual culo de mal asiento no paraba en ningún país ni paisaje por atractivo que fuese, siempre en eterna búsqueda de algo que por fin encontró allende los mares.
Te dejas atrás a todos los sabinosos que te han conocido y estimado, quienes han compartido tus sueños y pesadillas, que de todo ha habido, y nos dejas por un sueño trasatlántico que deseamos de corazón llene todos tus anhelos y te compense de los malos momentos vividos en este lado del charco. Acuérdate de los sabinosos y cuéntanos como te va y si no te tratan bien... iremos en masa a poner orden. Jejejejeje. Ténnos al corriente, queremos tus comentarios y tus fotos.
Un abrazo comunitario.
Scila/
 
 
 
Y bienvenido al nuevo Luís, que será el segundo o el tercero, que hay varios luises. Esperamos tus comentarios y, también- esas fotos de grupo- que nos ayudan a relacionarnos a unos con otros.
Vuelve cuando quieras amigo.
Scila/

De Luís I (el astrónomo)

Quisiera dar la bienvenida a un nuevo Sabinoso, hola Luis, encantado de verte por estas páginas y espero que nos vayas contando algunos de aquellos recuerdos, los que fueron buenos y los que no lo fueron tanto.
Casualmente hoy he ido a despedir a otro sabinoso, un buen amigo, que, harto de que en los últimos años su vida, se fuesen pareciendo a su paso por el preventorio, ha decidido marcharse al otro lado del Atlántico.
Ha ido con la ilusión no del que va a conquistar, sino del que ha sido conquistado, conquistado por la amabilidad, por el cariño y por la calidez de los mensajes que ha ido recibiendo desde aquellas tierras.
Hasta cuando quieras “Toño”, en el abrazo de despedida creo que también iban los de muchos sabinosos, que al igual que tú, pasaron momentos amargos en aquellas “colonias” y te deseamos que en tu nueva etapa de la vida te vaya todo bien y que esa felicidad que tanto has buscado te llegue por fin, estoy convencido que así será.
Te estaremos esperando cuando vuelvas  de visita.
Luìs/

De Luís.

 
 
Hola. No sabía que existía este blog y me ha hecho retroceder en el tiempo al mes de agosto de 1964. Estuve allí hasta noviembre. Mi grupo era el 10-A. Lo primero que nos hicieron nada más llegar fue llevarnos a las duchas. Similar a los campos nazis, pero saliendo vivos. Había una televisión en una sala y cada día le correspondía a un grupo verla. Yo me acuerdo que el día que yo estaba ponían un reportaje de la feria mundial de Nueva York, que lo hacía un presentador llamado Juan Viñas. Cada tarde se rezaba el rosario. Por la mañana tocaba un poco de playa. También clases básicas que daba una profesora. Lo que más me gustaba era la vista del mar, para mí que soy de tierra adentro. De doce a una de la tarde se procedía a la lectura de un libro. Y cuando el que lo leía se fue a su casa, yo me presenté como "lector". Me acuerdo que la obra elegida era "Esviatogor y los bogátires". Me lo pasé bien. Y por la noche, ya en la cama, oía pasar un tren, que alguien me dijo que iba a Madrid. Y siempre soñaba que me gustaría ir en ese tren.
Saludos para todos los que lean este comentario.
Si me acuerdo de más cosas, las pondré.
Luís/

29/2/16

M. Capilla


 
 
Alguien se acercó ayer por este empolvado Blog y dejó unas líneas con sus reflexiones: muy interesantes, muy sentidas... ese tipo de reflexiones que nos permiten intuir una comprensión pocas veces encontrada, ni siquiera en el seno de la familia propia. Gracias por expresarlo y expresarlo tan bien. Admitimos, y agradecemos, cuantas opiniones y desinteresadas aportaciones nos llegan, tan sólo pedimos una cosa, insignificante y comprensible. No pedimos un nombre cierto, ni direcciones o teléfonos, no. Tan sólo un correo. Y eso nos ha falta de ti M. Capilla, te rogaría que cuando te acerques de nuevo por aquí nos dejes ese contacto virtual y nos encantará darte directamente las gracias por tu comprensiva visión de la historia, nuestra historia en la Sabinosa.
Nos vemos/Scila

10/12/15

Vuelve la Seño: Felicitación y comentario.

Copyrigth by Seño.
Compañeros sabinosos, de nuevo la Navidad. Disculpar mi tardanza en ponerme en contacto con vosotros, algo ajeno a mi voluntad lo ha impedido, una vez pasada esta eventualidad, retomo mi compromiso, si bien por las fechas en las que estamos solo será para desearos unas felices fiestas, y el deseo de que el año que vamos a comenzar sea mejor que el que dejamos.
A ti Carlos que expresamente preguntas si pasé algunas Navidades en nuestro Preventorio, te digo que sí. Fueron tres, las dos últimas como guardadora, pero no recuerdo ningún espíritu navideño, ni actos especiales en esos días, no digo que no los hubiera, quizás yo estaba guardando el luto que mi madre y las costumbre de la época imponían por la muerte de mi abuela, acaecida la primera Nochebuena que pasamos en Tarragona.
La exposición que nos enviaste del eclipse me parece estupenda, aunque se poco de astrología, sí he tenido la oportunidad de ver en una noche clara el cielo a través del telescopio de la universidad de la ciudad donde resido, dirigido por dos astrofísicos que nos iban explicando lo que su visión nos ofrecía, fue apasionante ver la imagen real del planeta Saturno. 
Os envío una puesta de sol tomada no hace mucho desde el mar Mediterráneo, muy parecida a las que observaba desde mi sitio privilegiado en La Sabinosa, con ella os deseo que en 2016 se cumplan todos vuestros deseos.
Un abrazo para todos.

27/10/15

El eclipse de verdad





Hola amigos. Hace ya unos días nos envió Carlos esta composición formada por más de dos docenas de imágenes del último eclipse. Son imágenes obtenidas por los instrumentos astronómicos manejados por él mismo y su colega José. Por causas exógenas quedó pendiente de colgar durante estos días y ahora os dejo aquí esta maravilla para general disfrute.
Gracias a nuestro compañero sabinoso- astrónomo aficionado- por su estupendo obsequio.


21/10/15

Respuesta de Carlos

En primer lugar, quiero mandar un afectuoso saludo a nuestra “seño L”. No ha sido por descortesía el no haber contestado a su escrito, lo he leído hace unos cuantos días y me ha parecido que aunque sea desde otro punto de vista, ha entendido lo que algunos de nosotros pasó en aquel lugar, que debería de haber sido de recreo y, en algunos casos, fue de angustia y sufrimiento. Yo particularmente no me puedo quejar, pues aunque también se me humilló en muchos aspectos, no llegué a sufrir maltrato físico, siempre tuve problemas con algunas comidas e hice de tripas corazón para no tener que pasar por el mal trago de volver a comer lo expulsado, que si vi como se lo hicieron a otros.
Ya comenté en su día (adjunté foto del evento) como por la festividad de los reyes, me regalaron un ajedrez, a otros juegos parecidos y como el día siguiente nos los requisaron aduciendo que nos los podían quitar de las taquillas, nunca más volvimos a verlos:
-“Seño L”, ¿estuviste en fechas de navidades y puedes decirme si era así también en tu etapa de cuidadora?
Como ya dije en otra ocasión yo estuve a finales del año 1955, es decir cinco años antes de la etapa de “seño L”, cuando he leído los relatos de otros compañeros de distintas expediciones y años, me he dado cuenta que los más antiguos no parecieron pasarlo tan mal. Un primo hermano mío, que estuvo en el año 47, incluso dice que lo pasó bien y repitió, pero para mí que no debe recordarlo del todo bien, pues al parecer se escapó y lo devolvió al Preventorio la guardia civil. Sí me ha parecido que según he ido leyendo los que han ido después de mi estancia allí, lo han ido pasando peor de lo que vi y soporté, aunque repito que tras haber leído comentarios posteriores, casi fui un privilegiado.
Seño L, muchas gracias por tu contestación y espero impaciente una segunda remesa donde nos cuentes más detalles de tu paso por aquel lugar.
Recibe desde Madrid un cariñoso saludo.
C. de L.

17/10/15

El eclipse

Foto: C. Giménez. 2015.


Imagen dedicada a nuestro compañero, de Luís, gran aficionado- y entendido- en asuntos del Cosmos y sus astros.  Por cierto, hace ya varias semanas que la Seño dirigió una esquela a Carlos y a Anónimo y se ve que ninguno la ha visto puesto que no ha habido respuesta de ninguno.
No creo que sea descortesía, por supuesto que no. Nos vemos/.

29/9/15

Respuesta de la seño a de Luis y Anónimo.



¿Qué tal compañeros? Por alusión me dirijo primero a C. de Luis y a "Anónimo" que, de forma cálida y afectuosa- se interesan por el testimonio de mi paso por nuestro Preventorio. Haré lo que pueda por recordar sin olvidar que entonces contaba con tan sólo quince años por lo que era tan inmadura, e incapaz de analizar aquella dura realidad, como vosotros.    
Mis vacaciones (por las que te interesas), C. De Luis, han sido muy gratas, las he compartido con mis nietos hasta que comenzó el curso escolar, esa es la razón de mi tardanza en contestaros y, como no, encantada de que me tutees. 
En su momento leí todas y cada una de vuestra vivencias, reflejadas en el blog que dirige nuestro compañero Scila. No salía de mi asombro al leeros, aquello que contabais no podía ser cierto, si bien estaba de acuerdo con muchas de ellas, con otras rotundamente no podía estarlo, por lo menos los niños que yo traté no pasaron por aquello.  Creo recordar que fue a principio de 1960 cuando llegué al Preventorio de la mano de mi madre, con toda clase de carencias y sin haber terminado mi enseñanza primaria, en busca de un futuro mejor. Pasados unos meses como "invitada" en la Institución, pasé a formar parte de la plantilla de trabajadores realizando todo tipo de trabajos, incluso los más duros pese a mi edad. Transcurrido un tiempo me propusieron ser guardadora de niños. El cambio era muy importante para mí, no lo dudé: acepté de inmediato. Me enviaron al Sr. Instructor para que me informase debidamente en qué consistiría mi nuevo trabajo. Estaba muy ilusionada, llevaba meses viendo pasar a las cuidadoras, tan elegantes con su bonito uniforme, siempre tan serias, y los niños tan disciplinados y bien formados, que no podía creer que iba a convertirme en una de ellas.
Pues bien, la única formación que recibí para hacerme cargo de 30 chavales- entre 6 y 12 años- fueron las palabras del Instructor: “Lo único que usted tiene que hacer, mientras sea cuidadora correturnos, es fijarse mucho y aprender de sus compañeras. Observe como actúan ellas con los residentes y ya irá usted aprendiendo".
Aquí acabó, antes de comenzar, el “cursillo” de formación.  Eso fue todo lo que se suponía debía saber. Ignoro si el resto de mis compañeras recibieron la misma capacitación pero al menos eran, casi todas, mucho mayores que yo. Me sorprendió recientemente escuchar a la que fue maestra en el Preventorio, en su intervención telefónica en Antena-3, afirmar que ella era responsable de formar a las cuidadoras para la delicada tarea de tutelar a los niños, jamás supe que esa formación se llevase a cabo con nadie.
Sí recuerdo perfectamente que las compañeras que accedieron al puesto de cuidadoras después de mí lo hicieron por el mismo procedimiento. Durante todo el tiempo que fui guardadora, ni una sola vez nos reunieron para hablar sobre los niños, sus problemas o necesidades. La jornada en el Preventorio empezaba a las 8:00 y terminaba a las 21:00. Una vez que los niños desayunaban y hacían las camas- aunque no era su obligación- salían a "pasear" al bosque o a la playa- sí,  sí, tal como lo contáis- hasta la hora de comer. Finalizada la comida, hacían la siesta. Tras la siesta, siempre formados, iban a la despensa para recoger la merienda. Luego el paseo de la tarde, y poco más hasta la hora de la cena. No recuerdo que fueran todos los días a rezar el rosario como algunos dicen recordar. Rara vez ibais a la escuela, no había biblioteca, o yo no supe nunca dónde estaba si la había. Leíais vuestros tebeos, jugabais con cromos o con las tabas. En invierno hacíais  pulseras de conchas para vuestras madres, bien en el pabellón o en el solárium, sólo salíais del recinto poco antes de regresar a vuestras casas para comprar regalos a vuestros familiares, o  si estabais enfermos y no se os podía tratar en la enfermería.
En el tiempo que yo estuve, como acto lúdico, se hizo una representación teatral sobre zarzuela, también os acompañé a un partido de fútbol al campo del Nastic y a una corrida de toros. Como veis cosas poco atractivas para niños, tampoco visitasteis la hermosa Imperial Tarraco, que seguro os habría encantado en versión infantil. Los padres casi nunca os visitaban, no eran tiempos para gastos en viajes, tampoco recibíamos visitas de los tarraconenses, creo que para ellos era un lugar incómodo por la historia que arrastraba el Centro. A los trabajadores, cuando contábamos donde estábamos, no se nos miraba con agrado, al menos así lo percibía yo.   
 Si os parece, en una próxima intervención, os hablaré de lo que más os interesa: de mi visión del maltrato, la sed, las deposiciones, los vómitos, los baños en la playa, el aseo en los pabellones, de los viajes de ida y vuelta, de las retenciones de vuestras cosas personales...
Un abrazo sabinosos.
L.      25/09/2015