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29/7/15

Anónimo para L. (la seño).


 
 
 
Anónimo: 
 
Aunque nunca estuve en La Sabinosa, me ha gustado el post de L. Seguro que ella tiene una visión diferente de lo que era el sitio... Tal vez podría explicar su experiencia, como recaló ahí, qué vida hacían las "seños", cómo es que estuvo dos años, cómo era la dirección de aquel lugar...

28/7/15

¡Buenas vacaciones Savinosos!

 




Ojalá este verano, en vuestras merecidas vacaciones, encontréis algo parecido a las calitas paradisiácas que rodean nuestro Preventorio, y en las noches estivales un cielo que se muestre cuajado de estrellas- como las de entonces- y, por qué no, que podáis contemplar una magnífica tormenta desde algún lugar tan alto como era, y aún es, la torreta del pabellón central. 


 



Todo un espectáculo de la Naturaleza que nunca se os permitió disfrutar, como de tantas otras cosas.  Un saludo muy afectuoso a todos. 

L. (la seño). 

22/7/15

Para que no nos ovidemos.

Hola de nuevo Sabinosos. Soy Ricardo, ya tuve el placer de relatar parte de mi desventura en esa pequeña 'ciudad castigo' que era la Sabinosa a la cual me mandaron un buen día, no recuerdo muy bien el motivo, ni la razón, ni tampoco que pretendían los que decidieron tomar esa decisión, como podéis imaginar sin consultarme, entonces los niños teníamos poco que opinar.
Pero bueno, a lo mejor lo hicieron por mi bien pero ya es tarde para saberlo.
Ya voy a cumplir los 63 años y puedo contarlo aunque tenga pocos recuerdos quiero recordar que me llevaron por el año 62 o 63 en Marzo o Mayo. 
Recuerdo que me llevaron a la Plaza España de Madrid y de allí en un tren hasta la Sabinosa. A mi vuelta hacía la capital nos  tiraron en un tren y a la llegada a la estación de Atocha mi madre y mi tía no me reconocieron de lo elegante que me pusieron con el pelo al cero, unos pantalones cortos y una capa como los ferroviarios, "el niño estaba para comérselo".
Bueno, en mi anterior comparecencia en el mes de diciembre del 2011 expuse algunas de mis vivencias que no son muy boyantes que digamos, sobre todo el paso por las duchas y las comidas, por lo menos para mí, fueron un calvario los zapatillazos por rascarte la nariz o moverte en la siesta.
Por ultimo, de momento me gustaría que todos los que pasaron por el preventorio, tanto los que lo pasaron mal como yo, como los que lo pasaron menos mal se animaran a escribir lo poco o mucho que recuerdan pues tenemos que ser miles los que pasamos por aquella experiencia única para bien o para mal. Animo a todos los sabinosos para que esto no se olvide.
Un saludo.Ricardo.

15/7/15

Los años 54 y 55


 
 
Hola Carlos, y resto de compañeros. Soy Víctor, de la zona de Madrid. En el Preventorio La Sabinosa estuve en los años 1.954 y 1.955, cuando tenía entre 9 y 10 años. La fechas exactas en las que estuve ya no las recuerdo muy bien, sé que estuve en dos ocasiones y que en una de esas ocasiones era verano. Además, aún me duele el oído de una colleja que me dieron, en el solarium donde se rezaba el Rosario. Pero historias y anécdotas puedo contar muchísimas... que espero compartir con todos vosotros.

Un saludo.

10/7/15

Yo estuve en Octubre 1955

Para Víctor : 
Hola compañero sabinoso, yo estuve en el preventorio en octubre del 55, y me ha parecido ver a uno o dos chicos de la foto del grupo, que también coincidieron conmigo, yo tengo otra foto de grupo en el que creo están esos dos, aunque dada la calidad de las mismas es difícil poder asegurarlo.
Saludos cordiales y bienvenido al grupo.
C. de Luis.

9/7/15

Buenos recuerdos.



Hola, soy Víctor. Me gustaría mantener contacto con gente que haya  estado en el Preventorio La Sabinosa entre los años 1954 y 1955. 
Adjunto unas fotografías, en la primera estoy con la cuidadora llamada Clara. Me vienen recuerdos de esta joven porque tenía un novio que era piloto y se paseaba en ocasiones por los alrededores, sobrevolando el Preventorio con su avioneta.
En esta fotografía estoy- junto con otro compañero- con la cuidadora llamada Carmen, de la que guardo también muchos recuerdos.
Por último, en la siguiente foto estamos todos los compañeros de mi grupo. Me gustaría que, si alguien se reconoce en las fotos, se pongan en contacto conmigo mediante el correo electrónico que adjunto.
Un cordial saludo a todos/ 
Víctor.

2/7/15

A Carlos de L.


Para Carlos de L.
 

Una de las muchas razones por las que no me atraen las redes sociales es porque ocultan algo para mí muy importante: la comunicación no verbal. El tono y los gestos que acompañan a la palabra e incluso a los silencios. No me molestó lo que escribiste. Me suscitó una afable sonrisa. No tengo el menor interés por lo esotérico. Lo de jodido capricornio es una tontería mía que digo cuando conozco a un supuesto capricornio. Sí me interesa como a ti la historia y todo lo que acompaña a las religiones. Desde un punto de vista estrictamente intelectual y humano, si es que ambas cosas pueden ser compatibles. 

Un saludo: JM.

El pudor en las duchas


 
 
Compañeros sabinosos:
 
Como os decía en mi anterior comentario estuve allí el verano del 61. Con 8 años. He leído a algún compañero que dice tener sólo recuerdos buenos. Había olvidado los malos. Es cierto que con los años van surgiendo cataratas en la memoria, como las de los ojos, que difuminan, desdibujan y a veces ocultan totalmente los recuerdos dolorosos.
La Sabinosa para mí son cuatro o cinco recuerdos dolorosos cabalgando sobre una perenne sensación de miedo, vergüenza y, a veces, terror.
Recuerdo ese viaje inicial en el tren. El uniforme, varias tallas más grande que la mía... El hacinamiento en el compartimento, recostados unos sobre otros, los que tuvieron la suerte de sentarse, o bien apretujados en el suelo. Aquella noche interminable.
No sé en qué pabellón estuve, no lo recuerdo.
Creo recordar que la cuidadora era pelirroja y con el pelo rizado. De lo que sí me acuerdo bien es de unas llaves que llevaba siempre. De esas antiguas y pesadas, con las que al menor descuido te pegaba en la cabeza.
Recuerdo el terrible pudor de las duchas en común. Los niños de 7 a 14 o 15 años todos junto y las bromas pesadas de los mayores. Se rumoreaba que esa cuidadora escogía de vez en cuando a uno de los mayores para su compañía nocturna. 
Y la sed, la terrible sed. Todo el líquido que ingeríamos era un vaso, de lo que llamaban café con leche, en el desayuno; una vaso de agua con la comida y, otro supuesto café con leche frío, en la cena.
Un día vi una fuente. Me escapé de la fila y, apenas había dado un sorbo, cuando me vieron: Dos días sin el agua de la comida fue mi recompensa.
Se me diluye el ánimo. Esta semana os comentaré algunos recuerdos y sensaciones más. Sigo buscando dos o tres fotos que mis padres guardaban.
Saludos a todos.
JM

1/7/15

Los recuerdos.


Hola Alfonso. 
 
Como verás tu comentario sobre los recuerdos de tu estancia en la Sabinosa ya está colgado en el Blog, la fotografía... considéralo un regalo de su propietaria (L.) ya que es una imagen que viene a confirmar que ese era el trato que recibíamos, aunque hoy en día cueste creerlo.
Con mucho gusto recibiremos tus futuras aportaciones y, de forma especial, si cuentas con alguna fotografía de tu estancia, eso te ayudaría a encontrar- tal vez- a algún colega de tu grupo.
Recuerda que necesitamos un correo con el que comunicarnos contigo, este envío lo has hecho mediante un sistema que oculta ese correo.
Hasta pronto.
Scila/

Nuevo sabinoso






 
Hola me llamo A. y soy un Savinoso del año 61. Mis recuerdos con 10 años no son muchos, primero el tren desde Madrid, de noche durmiendo con unas mantas en el suelo por los pasillos. Mi pabellón era el 8 A , la señorita que tuve primero se llamaba Ana, ésta que era aceptable, se fue de vacaciones y vino la señorita Rosario: mala, mala, mala. Tal es así que, cuando he visto la foto de los compañeros con la cabeza en las rodillas, se me saltaron las lágrimas. El comedor, el recinto donde rezábamos el rosario- con cañas en el techo-, y tantas cosas mas que seguiré recordando. 
 
Una cosa que recuerdo siempre por lo que me impactó en su momento, y el daño psicológico que me hizo, (que le hizo a aquel niño) fue cuando en los últimos días de estar en el Preve, nos llevaban a Tarragona, para comprar los regalos a los familiares, unos cuantos no pudimos ir por falta de dinero, con lo poco que tenia un compañero me compró un llavero. Una vez en Madrid mi madre me dijo que me mandó dinero, 25 pesetas de la época, mas que suficiente para pagar el viaje en autobús, y los regalos, pero ese dinero nunca llegó a aquel niño, ¿quien se lo quedó?: la señorita, que era la que repartía el dinero que nos giraban nuestros padres. En la próxima entrada intentaré ser mas positivo.

A. Barcia.