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14/11/11

Ramón

Salutacions: M'ha suposat tot un sotrac el trobar el teu blog i la informació sobre aquesta presó de petits infants durant els anys 40, 50 i part dels 60 del segle passat. Jo també vaig estar-hi. 

Per desgràcia he de suscriure el patiment i crueltat tant física com mental que allí vam haver de suportar, Me n'alegro dels companys que no van patir els maltractaments que la majoria reflecteixen.

Jo vaig arribar-hi des de Xerallo, un poblet del Pirineu Català, on hi havia una fàbrica de ciment. He de dir que he plorat al recordar aquells mesos de tortura per part de les monges i les senyoretes ¿cuidadores?. Recordo anar a la platja de l'Arrabassada a buscar "uñas", tallarines, un mol.lusc molt apreciat. 

Si et mullaves els peus ho tenies clar: passaves tot el dia mullat. No tinc fotos. Penso que el meu pare les va engega a fer punyetes. El dia que vàren venir a buscar-me, una de les monges em va donar una estirada d'orelles tan forta que hem van haver posar sis punts de sutura. 

I solament perquè vaig sortir del camp de futbol corrent cap els meus pares quan els vaig veure. En fí, allí es van quedar uns tristos records, alguna que altra joguina (que ens prenien les cuidadores) i els amiguets de patiments. Són històries que les generacions actuals haurien de conèixer. No sempre tot ha estat tan fàcil i còmode.
Una abraçada a tots els sabinosos.

Ramón - Amposta (Tarragona)

Ramón

Salutacions: M'ha suposat tot un sotrac el trobar el teu blog i la informació sobre aquesta presó de petits infants durant els anys 40, 50 i part dels 60 del segle passat. Jo també vaig estar-hi. 

Per desgràcia he de suscriure el patiment i crueltat tant física com mental que allí vam haver de suportar, Me n'alegro dels companys que no van patir els maltractaments que la majoria reflecteixen.

Jo vaig arribar-hi des de Xerallo, un poblet del Pirineu Català, on hi havia una fàbrica de ciment. He de dir que he plorat al recordar aquells mesos de tortura per part de les monges i les senyoretes ¿cuidadores?. Recordo anar a la platja de l'Arrabassada a buscar "uñas", tallarines, un mol.lusc molt apreciat. 

Si et mullaves els peus ho tenies clar: passaves tot el dia mullat. No tinc fotos. Penso que el meu pare les va engega a fer punyetes. El dia que vàren venir a buscar-me, una de les monges em va donar una estirada d'orelles tan forta que hem van haver posar sis punts de sutura. 

I solament perquè vaig sortir del camp de futbol corrent cap els meus pares quan els vaig veure. En fí, allí es van quedar uns tristos records, alguna que altra joguina (que ens prenien les cuidadores) i els amiguets de patiments. Són històries que les generacions actuals haurien de conèixer. No sempre tot ha estat tan fàcil i còmode.
Una abraçada a tots els sabinosos.

Ramón - Amposta (Tarragona)

Ramón

Salutacions: M'ha suposat tot un sotrac el trobar el teu blog i la informació sobre aquesta presó de petits infants durant els anys 40, 50 i part dels 60 del segle passat. Jo també vaig estar-hi. 

Per desgràcia he de suscriure el patiment i crueltat tant física com mental que allí vam haver de suportar, Me n'alegro dels companys que no van patir els maltractaments que la majoria reflecteixen.

Jo vaig arribar-hi des de Xerallo, un poblet del Pirineu Català, on hi havia una fàbrica de ciment. He de dir que he plorat al recordar aquells mesos de tortura per part de les monges i les senyoretes ¿cuidadores?. Recordo anar a la platja de l'Arrabassada a buscar "uñas", tallarines, un mol.lusc molt apreciat. 

Si et mullaves els peus ho tenies clar: passaves tot el dia mullat. No tinc fotos. Penso que el meu pare les va engega a fer punyetes. El dia que vàren venir a buscar-me, una de les monges em va donar una estirada d'orelles tan forta que hem van haver posar sis punts de sutura. 

I solament perquè vaig sortir del camp de futbol corrent cap els meus pares quan els vaig veure. En fí, allí es van quedar uns tristos records, alguna que altra joguina (que ens prenien les cuidadores) i els amiguets de patiments. Són històries que les generacions actuals haurien de conèixer. No sempre tot ha estat tan fàcil i còmode.
Una abraçada a tots els sabinosos.

Ramón - Amposta (Tarragona)

Carlos

Hola Scilas y demás “Sabinosos” .
Soy otro más de los que pasaron por la Sabinosa, tétrico lugar, y no porque lo fuera el entorno, más bien a causa de los que lo dirigían y nos... ¿cuidaban?
Estuve desde octubre de 1.955 a enero del 56, o sea que me pasé las Navidades y Reyes en aquel lugar, en esa época contaba con 10 años de edad. No puedo decir que mi experiencia fuese tan penosa como otras que he leído, pero tampoco tan maravillosa como para repetir. Creo que lo peor de todo eran las comidas, había algunas que, aún hoy, se revuelven las entrañas solo de acordarme, (sobre todo unas patatas con verdura –tal vez berzas- que resultaban incomibles, por su olor, sabor y aspecto), es cierto lo que dicen otros de lo que por allí pasaron, si vomitabas te lo hacían comer, yo en estos casos miraba para otro lado, pues ver como otro vóomitaba me producía arcadas y tenía que aguantar el tipo como pudiera.
Recuerdo al Instructor, era un tipo larguirucho, enjuto de rostro, (me recordaba a alguna ilustración de Don Quijote) tenía un bigotito de los típicos del Régimen, nos ponía a hacer una especie de gimnasia sueca, pues como estábamos en invierno, a la playa, solo salíamos a pasear alguna tarde.
Era aquel un lugar lleno de hipocresía, donde el trato de vallas para adentro, era entre vejatorio y humillante, hasta sádico en alguna ocasión, y lo peor de todo eran las puñeteras monjitas. Las cuidadoras, que vestían al uso de las enfermeras, es decir con uniforma blanco, cofia y capa azul, no eran lo peor, en la foto de grupo que os mando, estamos con nuestra cuidadora, (creo recordar que se llamaba Aura) la otra que estaba en el mismo pabellón era, la admirada Clara, esta tenía una larga coleta de color rubio, que la daba un aspecto muy juvenil, en cambio la que tenía mi grupo, en el reparto de rostros no fue muy afortunada, pues amén de poco agraciada, tenía muy “mala gaita” y más bigote que el káiser Guillermo. 
Los chicos íbamos de uniforme, pantalón gris, una camisa gris clara y un jersey también gris un poco más oscuro, cuando hacía más frio nos poníamos una capa de paño también gris, pero cuando en una ocasión nos llevaron a Tarragona, nos pusieron zapatos, ¡¡si, zapatos negros¡! Y….( no os la vais a creer) ¡!UN ABRIGO AZUL MARINO CON BOTONES DORADOS!!, imagino que para dar sensación de lo bien cuidados y tratados que estamos aquellos niños, (hijos en su mayoría  de los aquellos “rojos” que perdieron la guerra), y qué buenas aquellas gentes que dedicaban su tiempo a tan loable labor. Pura hipocresía, quizás lavado de conciencia, si es que tenían.
En fin, tengo muchos recuerdos de entonces y no quiero seguir atosigando, si acaso,  continuaré en otra ocasión y si encuentro alguna otra foto, que probablemente estén en casa de mi madre.
Saludos afectuosos a todos los Sabinosos. ¡Vaya me salió un pareado!

Carlos

Hola Scilas y demás “Sabinosos” .
Soy otro más de los que pasaron por la Sabinosa, tétrico lugar, y no porque lo fuera el entorno, más bien a causa de los que lo dirigían y nos... ¿cuidaban?
Estuve desde octubre de 1.955 a enero del 56, o sea que me pasé las Navidades y Reyes en aquel lugar, en esa época contaba con 10 años de edad. No puedo decir que mi experiencia fuese tan penosa como otras que he leído, pero tampoco tan maravillosa como para repetir. Creo que lo peor de todo eran las comidas, había algunas que, aún hoy, se revuelven las entrañas solo de acordarme, (sobre todo unas patatas con verdura –tal vez berzas- que resultaban incomibles, por su olor, sabor y aspecto), es cierto lo que dicen otros de lo que por allí pasaron, si vomitabas te lo hacían comer, yo en estos casos miraba para otro lado, pues ver como otro vóomitaba me producía arcadas y tenía que aguantar el tipo como pudiera.
Recuerdo al Instructor, era un tipo larguirucho, enjuto de rostro, (me recordaba a alguna ilustración de Don Quijote) tenía un bigotito de los típicos del Régimen, nos ponía a hacer una especie de gimnasia sueca, pues como estábamos en invierno, a la playa, solo salíamos a pasear alguna tarde.
Era aquel un lugar lleno de hipocresía, donde el trato de vallas para adentro, era entre vejatorio y humillante, hasta sádico en alguna ocasión, y lo peor de todo eran las puñeteras monjitas. Las cuidadoras, que vestían al uso de las enfermeras, es decir con uniforma blanco, cofia y capa azul, no eran lo peor, en la foto de grupo que os mando, estamos con nuestra cuidadora, (creo recordar que se llamaba Aura) la otra que estaba en el mismo pabellón era, la admirada Clara, esta tenía una larga coleta de color rubio, que la daba un aspecto muy juvenil, en cambio la que tenía mi grupo, en el reparto de rostros no fue muy afortunada, pues amén de poco agraciada, tenía muy “mala gaita” y más bigote que el káiser Guillermo. 
Los chicos íbamos de uniforme, pantalón gris, una camisa gris clara y un jersey también gris un poco más oscuro, cuando hacía más frio nos poníamos una capa de paño también gris, pero cuando en una ocasión nos llevaron a Tarragona, nos pusieron zapatos, ¡¡si, zapatos negros¡! Y….( no os la vais a creer) ¡!UN ABRIGO AZUL MARINO CON BOTONES DORADOS!!, imagino que para dar sensación de lo bien cuidados y tratados que estamos aquellos niños, (hijos en su mayoría  de los aquellos “rojos” que perdieron la guerra), y qué buenas aquellas gentes que dedicaban su tiempo a tan loable labor. Pura hipocresía, quizás lavado de conciencia, si es que tenían.
En fin, tengo muchos recuerdos de entonces y no quiero seguir atosigando, si acaso,  continuaré en otra ocasión y si encuentro alguna otra foto, que probablemente estén en casa de mi madre.
Saludos afectuosos a todos los Sabinosos. ¡Vaya me salió un pareado!

Carlos

Hola Scilas y demás “Sabinosos” .
Soy otro más de los que pasaron por la Sabinosa, tétrico lugar, y no porque lo fuera el entorno, más bien a causa de los que lo dirigían y nos... ¿cuidaban?
Estuve desde octubre de 1.955 a enero del 56, o sea que me pasé las Navidades y Reyes en aquel lugar, en esa época contaba con 10 años de edad. No puedo decir que mi experiencia fuese tan penosa como otras que he leído, pero tampoco tan maravillosa como para repetir. Creo que lo peor de todo eran las comidas, había algunas que, aún hoy, se revuelven las entrañas solo de acordarme, (sobre todo unas patatas con verdura –tal vez berzas- que resultaban incomibles, por su olor, sabor y aspecto), es cierto lo que dicen otros de lo que por allí pasaron, si vomitabas te lo hacían comer, yo en estos casos miraba para otro lado, pues ver como otro vóomitaba me producía arcadas y tenía que aguantar el tipo como pudiera.
Recuerdo al Instructor, era un tipo larguirucho, enjuto de rostro, (me recordaba a alguna ilustración de Don Quijote) tenía un bigotito de los típicos del Régimen, nos ponía a hacer una especie de gimnasia sueca, pues como estábamos en invierno, a la playa, solo salíamos a pasear alguna tarde.
Era aquel un lugar lleno de hipocresía, donde el trato de vallas para adentro, era entre vejatorio y humillante, hasta sádico en alguna ocasión, y lo peor de todo eran las puñeteras monjitas. Las cuidadoras, que vestían al uso de las enfermeras, es decir con uniforma blanco, cofia y capa azul, no eran lo peor, en la foto de grupo que os mando, estamos con nuestra cuidadora, (creo recordar que se llamaba Aura) la otra que estaba en el mismo pabellón era, la admirada Clara, esta tenía una larga coleta de color rubio, que la daba un aspecto muy juvenil, en cambio la que tenía mi grupo, en el reparto de rostros no fue muy afortunada, pues amén de poco agraciada, tenía muy “mala gaita” y más bigote que el káiser Guillermo. 
Los chicos íbamos de uniforme, pantalón gris, una camisa gris clara y un jersey también gris un poco más oscuro, cuando hacía más frio nos poníamos una capa de paño también gris, pero cuando en una ocasión nos llevaron a Tarragona, nos pusieron zapatos, ¡¡si, zapatos negros¡! Y….( no os la vais a creer) ¡!UN ABRIGO AZUL MARINO CON BOTONES DORADOS!!, imagino que para dar sensación de lo bien cuidados y tratados que estamos aquellos niños, (hijos en su mayoría  de los aquellos “rojos” que perdieron la guerra), y qué buenas aquellas gentes que dedicaban su tiempo a tan loable labor. Pura hipocresía, quizás lavado de conciencia, si es que tenían.
En fin, tengo muchos recuerdos de entonces y no quiero seguir atosigando, si acaso,  continuaré en otra ocasión y si encuentro alguna otra foto, que probablemente estén en casa de mi madre.
Saludos afectuosos a todos los Sabinosos. ¡Vaya me salió un pareado!

13/11/11

Un afortunado: Tomás.

Mi nombre es Tomás Morales. Estuve en el preventorio de La Sabinosa en los primeros meses del año 1958, a los 9 años de edad. Fui junto con mi hermano mayor y los recuerdos que tengo son todos buenos a excepción de la sopa de sémola que nos daban de comer a menudo. 

No recuerdo malos tratos hacia nadie, ni separación de hermanos (en mi caso es evidente). La señorita que nos cuidaba, creo que se llamaba Emilia, nos trataba muy bien. Recuerdo que, además de a la playa de La Sabinosa, nos llevaban a jugar y a bañarnos a la Playa Larga, también que nos llevaron a ver un partido de fútbol del Tarragona. En fin que mis vivencias no tienen nada que ver con otras que he leído.
Adjunto la única foto que conservo.
Saludos.

Un afortunado: Tomás.

Mi nombre es Tomás Morales. Estuve en el preventorio de La Sabinosa en los primeros meses del año 1958, a los 9 años de edad. Fui junto con mi hermano mayor y los recuerdos que tengo son todos buenos a excepción de la sopa de sémola que nos daban de comer a menudo. 

No recuerdo malos tratos hacia nadie, ni separación de hermanos (en mi caso es evidente). La señorita que nos cuidaba, creo que se llamaba Emilia, nos trataba muy bien. Recuerdo que, además de a la playa de La Sabinosa, nos llevaban a jugar y a bañarnos a la Playa Larga, también que nos llevaron a ver un partido de fútbol del Tarragona. En fin que mis vivencias no tienen nada que ver con otras que he leído.
Adjunto la única foto que conservo.
Saludos.

Un afortunado: Tomás.

Mi nombre es Tomás Morales. Estuve en el preventorio de La Sabinosa en los primeros meses del año 1958, a los 9 años de edad. Fui junto con mi hermano mayor y los recuerdos que tengo son todos buenos a excepción de la sopa de sémola que nos daban de comer a menudo. 

No recuerdo malos tratos hacia nadie, ni separación de hermanos (en mi caso es evidente). La señorita que nos cuidaba, creo que se llamaba Emilia, nos trataba muy bien. Recuerdo que, además de a la playa de La Sabinosa, nos llevaban a jugar y a bañarnos a la Playa Larga, también que nos llevaron a ver un partido de fútbol del Tarragona. En fin que mis vivencias no tienen nada que ver con otras que he leído.
Adjunto la única foto que conservo.
Saludos.

10/11/11

Actualidad sabinosa

Ultimamente había leído algún comentario sobre el posible hundimiento de las ruinas de La Sabinosa. El pasado día tres de noviembre tuve ocasión de visitar las ruinas del Preventorio y comprobé que siguen allí, a punto de caer seguramente, pero permanecen en pie los muros y, en general la estructura de los pabellones. Algunas dependencias- como las cocinas, la enfermería, etc.- están absolutamente en ruinas, el riesgo de caer de un momento a otro es cierto. Impresiona ver el estado de fragilidad que tiene en la actualidad aquello que nos parecían muros imponentes, construcciones sólidas, inconmovibles, eternas.
El día estaba desapacible, nublado y con amenaza de gota fría pero la mar se mostraba tremenda, belicosa, grandes olas e imponentes avalanchas de espuma al golpear contra los acantilados del Preventorio, sin embarego el agua era de un verde esmeralda, precioso. Fue una gozada volver a pasar unas horas rodeando las alambradas que, por cierto, ¡las están cambiando!, están poniendo otras nuevas, menos agresivas, menos aterradoras. No ha habido fondos para mantener vivo el Centro y si lo hay ahora para nuevas vallas que ya no tienen nada que proteger, a veces, casi nunca, no se puede entender a quienes desde las administraciones toman decisiones, en especial estas que parecen ser tomadas fuera de lugar y de tiempo.
Os dejo un par de fotos tomadas hace unos días tan sólo.
Un abrazo, sabinosos.