Enero 25-2012
Entre los años 1952 y 1954, estuve dos
veces en este Preventorio, sólo me quedan unos pocos recuerdos. Cuando nos llevaban a la
playa y nos obligaban a permencer sentados en corro, y jugabamos con las tabas. Desde la llegada solíamos cantar los días que nos faltaban para volver a casa,
con aquel soniquete: (5 días pa la vía ).
Cuando pasabamos delante del viejo Zicuta, el
peluquero, que nos pelaba casi al cero, entonces cantabamos: "¿Quién te ha
cortado el pelo? ¡Zicuta el peluquero!
También me acuerdo de la cara de «Facha«
del Instructor que, algunas veces, con aires de Joaquin Blummen, nos hacía
ejecutar una tabla de gimnasia, tan pobre era que consistia tan sólo en tres movimientos. Y, qué decir del cura que a mis ocho años me preguntaba si me la meneaba y, como no
comprendía su pregunta me la repetia hasta que le contestaba en negativo, quizas sea la única
vez que mentí a un confesor.
Aquello fue como los viajes, de ser perfectos, no tendríamos nada que contar a nuestros nietos.
Alfonso, desde Suiza.
Hola "Sabinosos", me llamo Alfonso Manuel, hace un tiempo hice una introducción como inicio de una posterior entrada con fotos y con los recuerdos un poco ordenados.
Mis primeros recuerdos son en la estación de Atocha, todo eran buenas palabras de las "señoritas" que nos cuidaron hasta llegar al "preventorio", (así lo llamábamos), pero... una vez que perdimos de vista la estación, todo se volvió gris, recuerdo que aquella noche dormimos donde podíamos, unos en el suelo del pasillo, otros en los departamentos de aquellos trenes con los asientos de madera, incluso hubo quien durmió en el porta equipaje que había encima de la puerta.
Una vez en el "Preve", mis recuerdos son muy salteados, pues creo que fué el verano del 62, cuando pasé allí mis vacaciones.
Los primeros días los pasé sin ningún "sobresalto", pues con mi primera señorita, Ana, así se llamaba, lo pasamos bien, pero se marchó de vacaciones a los pocos días de llegar, y llegó la "madrastra", señorita Rosario, según mi opinión, resentida, injusta, ruin, dañina, en fin, mala persona. Con su llegada empezaron los largos recreos con los brazos en la rodillas y encima la cabeza, en las comidas, mi compañero, (recuerdo que le llamabamos, Mobi Dic por su robusted y su blanca piel), devolvía con frecuencia las comidas y la seño, se lo metia a la fuerza en la boca. Efectivamente allí se jugaba mucho a las tabas y ésta no nos dejaba hacerlo, la molestamos, era más cómodo para ella tenernos con la cabeza en las rodillas.
Recuerdo lo de "novatos del pre", el rosario diario, (todavía me acuerdo). Lo de los paquetes, que no nos llegaban. Y sobre todo lo que me hicieron cuando estábamos a punto de volver a casa, tenían la costumbre de llevar a los niños a Tarragona para comprar los recuerdos, primero tengo que decir que el dinero lo manejaba ella, pero había que tener una cantidad mínima, creo que era de diez pesetas, yo sólo tenia siete, y por lo tanto me dejaron en el pabellón, junto con algún otro niño, mi sorpresa fue que, al llegar a casa y decirme mi madre que me había mandado 25 pesetas, de la época, dinero que nunca ví. ¿Quién se quedó con el dinero de aquel niño? Y no sólo con el dinero sino también con la ilusión de haberle llevado un recuerdo a su madre y a sus hermanos.
A.M.