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27/12/17

Sesenta años después



 
 
Tras desear lo mejor para los sabinosos y sus familias en este cíclico evento de cambio de dígito, de cambio de año, no puedo evitar el recuerdo agridulce de aquellas navidades en la Sabinosa de finales de los años cincuenta, en las que el menú era algo más digerible de lo habitual, en especial el postre extraordinario: un trozo de carne de membrillo, tan dulce, tan suave al paladar y tan poco frecuente. 

También recordaréis algunos de vosotros aquellos juguetes, sencillos y simplones, que se nos entregaban para celebrar la llegada de los reyes magos y como al día siguiente se nos retiraban para guardarlos en el almacén para, al año siguiente, entregarlos a los nuevos internos.
Feiz Año Nuevo!
A veces me he preguntado con curiosidad sana cuántos años tendrían aquellos sencillos juguetes de madera pintada, o sin pintar, cuántas manos inocentes habrían acunado los regalos ignorando que, al día siguiente, volverían al polvo del oscuro almacenaje.
Felices fiestas y mis mejores deseos para el nuevo año, 2018, sabinosos.
Scila/