Soy Ramon de 58 años vecino de Tarragona, yo tambien pasé varios veranos
en el Preventorio de la Sabinosa, he conocido vuestro blog por el Diario de Tarragona, en el cual el pasado 3 de junio se publicó una
entrevista a una profesora (Ascension Campos). Sus palabras de negación
de las penalidades que sufrimos me han indignado hasta el punto que
he decidido ponerme en contacto con vosotros, y con el pereiodista que
realizó la entrevista (José Xavier Fernández), para explicarle mis
experiencias, ya que yo vivi aquellas
penalidades y aunque ha pasado todo este tiempo no he podio olvidar lo
que esa señora niega.
Archivo del blog
-
►
2018
(1)
- ► septiembre (1)
-
►
2015
(24)
- ► septiembre (3)
-
►
2013
(14)
- ► septiembre (3)
-
►
2011
(25)
- ► septiembre (2)
-
►
2009
(40)
- ► septiembre (4)
-
►
2008
(40)
- ► septiembre (1)
8/6/12
7/6/12
Francisco, un vecino.
El
preventorio de La Savinosa. Nosotros le llamábamos el orfanato. Siempre me ha
llamado la atención ese lugar de aspecto siniestro. Una vez entré con un
amigo cuando el preventorio llevaba 18 años cerrado y estaba bastante
deteriorado, yo tendría unos 16 años y fue una visita de lo mas
intrigante; recuerdo los montones de mantas que había, iguales a las que 2
años mas tarde encontré en el cuartel donde hice la mili; pero lo que
mas me llamó la atención fueron las fichas con nombres y apellidos y si no
recuerdo mal acompañadas de una fotografia en blanco y negro de niños que
pasaron por allí; estaban en uno de los edificios de planta baja donde también
había muchos medicamentos abandonados, al parecer se les suministraba algún tipo de
medicación.
El hecho
de que me haya decidido a escribir aquí (aunque no sea un sabinoso de los que
pasaron por aquel infierno) es que a parte de que es un lugar que siempre me ha
atraído (es un escenario perfecto para rodar una película de suspense) es
que yo trabajo en un bar de Tarragona en la calle San Benildo por si alguien lo
conoce se llama "La Llave"; pues bien el caso en que como alli recibo el diari de
Tarragona todos los días y llevamos ya unos cuantos días con el tema del
preventorío me han salido un par de temas curiosos y que me han llamado la
atención aunque son cosas ya de los años 1972/73.
El primer caso es de un señor
que por aquella epoca trabajaba de albañil y a la salida del trabajo un
compañero (de etnia gitana) le sugirió ir a ver su casa a echar una
cervecita al lado de la playa, a lo que él aceptó; cual fue su
sorpresa que donde le llevó fue a nuestro preventorio de La Savinosa.
En la
misma mañana en el bar hablando del tema con un antiguo guardia urbano, ya
jubilado, me comentó que a él le tocaba ir a menudo por alli, por esas mini viviendas que el Ayuntamiento habilitó haciendo una especie de compartimentos
separados por tabiques para meter alli a la gente. Gente normalmente emigrantes
que que vivian en chabolas junto al río Francolí; en aquellos habitáculos la
gente tenía electrodomésticos, neveras, cocinas lavadoras, etc., que compraban en
la tienda de moda de la época en tarragona: "SIGMA", ese material lo compraban
aquellos moradores del preventorio a base de letras que difícilmente pagaban y
es por esto que nuestro amigo el guardia urbano visitaba con frecuencia ese
lugar reclamando dichas letras. También me comentó que vigilando el lugar habían
siempre un par de guardias (los grises) al refugio de una especie de “choza”.
Aunque en el interior de aquella gran comunidad que allí se formó el que mandaba
era el patriarca, un tal Antonio Carmona, al que todo el mundo respetaba. Con el
tiempo estas personas fueron trasladadas a los barrios de Campo Claro y la
Esperanza.
Y según
cuenta este antiguo guardia urbano estos gitanos dejaron el lugar en un estado
lamentable.
Saludos Francisco.
5/6/12
Fernándo, de Tarragona.
HOLA. Me llamo Fernándo, tengo 54 años y me acabo de enterar
por mi hija del articulo publicado por el Diari de Tarragona sobre los niños de La Sabinosa.
Creo que fui uno de ellos, y digo creo porque no sé cómo se llamaba aquel siniestro lugar al que me envió mi madre en el año 1965 ó 1966. Mi hija ha reparado en el artículo recordando las veces que me ha escuchado contar que estuve en unas colonias en Tarragona.
Conservo una foto que os adjunto, pero mis recuerdos son muy borrosos. Apenas si recuerdo el comedor o los dormitorios, pero sí la salida desde Madrid. Dormíamos en el suelo del tren junto a la calefacción.
En la foto que aporto se puede observar el famoso corte de pelo y la que, creo recordar, era la señorita Emilia que nos pegaba cada dos por tres. También recuerdo las salidas a la playa, aunque yo fui en invierno, y alguna excursión a una ermita con el suelo cubierto de algarrobas. En una ocasión fuimos al campo de futbol del Tarragona que jugaba contra el Cordoba. En otra ocasion jugamos un partido de futbol en un campo de tierra con equipación, yo jugué de portero.
A mi regreso mi madre me contó que me envió varios paquetes con colacao, chocolate y tebeos que jamás recibí. En fin, lo único que puedo decir es que mi mejor recuerdo fué, llegando a Madrid, ver a mi madre en el andén con un regalo para mí.
Creo que fui uno de ellos, y digo creo porque no sé cómo se llamaba aquel siniestro lugar al que me envió mi madre en el año 1965 ó 1966. Mi hija ha reparado en el artículo recordando las veces que me ha escuchado contar que estuve en unas colonias en Tarragona.
Conservo una foto que os adjunto, pero mis recuerdos son muy borrosos. Apenas si recuerdo el comedor o los dormitorios, pero sí la salida desde Madrid. Dormíamos en el suelo del tren junto a la calefacción.
En la foto que aporto se puede observar el famoso corte de pelo y la que, creo recordar, era la señorita Emilia que nos pegaba cada dos por tres. También recuerdo las salidas a la playa, aunque yo fui en invierno, y alguna excursión a una ermita con el suelo cubierto de algarrobas. En una ocasión fuimos al campo de futbol del Tarragona que jugaba contra el Cordoba. En otra ocasion jugamos un partido de futbol en un campo de tierra con equipación, yo jugué de portero.
A mi regreso mi madre me contó que me envió varios paquetes con colacao, chocolate y tebeos que jamás recibí. En fin, lo único que puedo decir es que mi mejor recuerdo fué, llegando a Madrid, ver a mi madre en el andén con un regalo para mí.
Las sensaciones que que he conservado siempre de aquella estancia ha sido siniestra, quizá por ello mi subconsciente lo fue borrando. Siempre he tenido
curiosidad de saber donde estaba ese lugar y, paradojas de la vida, ahora vivo
al lado, en Torredembarra. Así que no tardaré mucho en ir a visitarlo, un
saludo a todos.
10/4/12
Bienvenido Paco
Permítame esta entrada, porque al encontrar su blog de testimonios sobre el preventorio de la Sabinosa, así me lo hace creer.
Dentro de unas semanas tengo que ir a Tarragona y al abrir en internet el Plano de la misma me encuentro las playas de la Arrabassada y de la Savinosa y entre ellas el promontorio donde estaba el Preventorio Infantil Antituberculoso en el que estuve, no recuerdo bien si fue en los años 1945 o 1946, los meses de Junio a Agosto o puede que Septiembre también, pues sé que me prorrogaron algo la estancia. Pero, por otros motivos, creo que fue en uno de esos dos años. Después encontré vuestro bloc y no me levanté de mi PC hasta que me leí prácticamente todos los testimonios de los que de chiquillos pasaron por allí.
En estos momentos voy camino de los 76 años y, al leer los testimonios, me da la sensación de que yo estuve en otro Preventorio, a lo mejor virtual, pues de lo leído he quedado horrorizado. Yo no sé si después de mi estancia allí aquello se endureció como cuentan, que no lo dudo. Tengo unos recuerdos bastante borrosos, pero no negativos. En ello coincido con el testimonio de “Francisco el decano”, (2010) que estuvo por aquellas fechas. Yo estuve en el pabellón primero junto a las vías del tren. Y también tengo un recuerdo inmejorable de la Señorita cuidadora que tuve, Srta. Neus, a la que, al menos en mi grupo por lo que recuerdo, queríamos y nos trataba con cariño.
Tengo muy vivamente presente mi salida de Madrid, primero de la Plaza de España y después en el tren, de Atocha, a la caída de la tarde y también cómo estando en el pasillo, yo distraído, seguramente ensimismado viendo pasar el paisaje adusto, ya fuera de Madrid, uno de los Guardia Civiles que nos acompañaban me preguntó que si iba triste recordando a mi familia, y al contestarle que sí, me acarició la cabeza diciéndome lo bien que lo iba a pasar en la playa. El viaje duró casi las veinticuatro horas.
De las comidas ni de los rezos guardo memoria alguna, sí de los buenos ratos en la playa, con sus caracoles (de tierra y de mar), lapas y también medusas, y la sensación de que nos bajaban todos los días por la mañana. Las excursiones a Tarragona, Fiesta del Corpus, ruinas romanas y campo de futbol. Y la “coca” de merienda en esas excusiones. Las duchas colectivas “en pelotas”. Los dos pabellones bajos inmediatos al acantilado, que estaban vacíos y en los que nos colábamos a a jugar y hacer travesuras (entre ellas formar una cadena de niños y el primero introducir, supongo que un alambre, en un enchufe y ver al último de la fila dar brincos), y sobre todo la contemplación del mar desde lo alto del acantilado, ver pasar los barcos, tengo la imagen de un velero de tres mástiles con todo su velamen abierto, proando hacia Barcelona, y una tormenta con su tornado, también, sobre el mar. Yo siempre he recordado mi estancia en La Sabinosa con cariño.
Este es mi testimonio y, repito, no pongo en duda las experiencias negativas que otros cuentan.
Le agradezco la creación de este blog que me ha hecho rememorar algunos de los momentos dichosos y libres de mi vida.
Un cordial saludo: Paco
9/3/12
De Juan.
Hola de nuevo, la verdad es que apenas recuerdo esos tiempos, creo recordar que tenía sólo 7 años (66 o 67). Recuerdo lo malísima que era la comida y la tal Emilia, por lo mala y déspota que era con los niños. También tengo en la memoria el tremendo ruido del paso del tren por las noches, y el olor tan característicos que había en los lavabos.
Mis recuerdos, como ya comenté, se diluyen en el tiempo. El partido de fútbol, la playa y la ermita- con un montón de calaveras- es todo lo que recuerdo. Creo que soy ateo por los muchos rosarios que rezamos. Yo no lo pasé mal del todo ya que mi hermano estaba conmigo, tenía dos años mas que yo y cuidaba de mí. Fotos sé que mis padres conservaron en casa, pero murieron y no sé nada de esas ellas, desaparecieron.
Un saludo y hasta pronto. Juan A.
Mis recuerdos, como ya comenté, se diluyen en el tiempo. El partido de fútbol, la playa y la ermita- con un montón de calaveras- es todo lo que recuerdo. Creo que soy ateo por los muchos rosarios que rezamos. Yo no lo pasé mal del todo ya que mi hermano estaba conmigo, tenía dos años mas que yo y cuidaba de mí. Fotos sé que mis padres conservaron en casa, pero murieron y no sé nada de esas ellas, desaparecieron.
Un saludo y hasta pronto. Juan A.
8/3/12
Juan Ángel, un nuevo sabinoso
Yo también estuve en el Preventorio, la verdad es que no recuerdo el año, creo que sería el 56 o 57, y sí me acuerdo de la Emilia de las narices, mala, mala, pero mala. Recuerdo que una tarde no pude orinar a la hora marcada, creo que después de la comida, pasé toda la tarde sin poder orinar y después de dos tortas, por la noche, no podía ni andar del dolor.
Yo casi no recuerdo aquellos años, será que no lo quiero recordar. Sí recuerdo la llegada al Preventorio, pasando por el ojo del puente de la vía del tren y ver el mar por primera vez. También recuerdo una visita al campo de fútbol, llegamos andando y nos dieron unas capas, creo que negras o azúl marino, para llevarlas sobre los hombros.
Yo casi no recuerdo aquellos años, será que no lo quiero recordar. Sí recuerdo la llegada al Preventorio, pasando por el ojo del puente de la vía del tren y ver el mar por primera vez. También recuerdo una visita al campo de fútbol, llegamos andando y nos dieron unas capas, creo que negras o azúl marino, para llevarlas sobre los hombros.
Yo vivía en Peña Grande (Madrid), y en mi casa no se pasaba hambre, por eso la comida me parecía una mierda y, las lentejas, creo que eran más piedras que lentejas. Otro recuerdo que tengo es una visita a una ermita en el monte. Pero claro, lo más bonito fue… la playa larga, maravillosa. Es mi mejor recuerdo. Un saludo a todos.
Juan.
Juan.
6/2/12
Exposición
Como algunos recordaréis, entre nosotros contamos con ilustres sabinosos, entre otros con nuestro compañero Juan A., que tiene la virtud de esculpir el metal como un consumado artista. Conocemos alguna de sus obras por haberlas expuesto en esta página, ahora los madrileños tienen la oportunidad de contemplar en directo parte de su obra. Junto a él concurre a la exposición una excelente pintora, Carmen C., famila directa de Juan A.
Incluimos unas fotografías de la exposición para general conocimiento. Tened por seguro que cualquier sabinoso que quiera contar con una escultura de Juan A. podrá beneficiarse de un suculento descuento, si se lo solicita. Deseamos el mayor de los éxitos a nuestro compañero.
Incluimos unas fotografías de la exposición para general conocimiento. Tened por seguro que cualquier sabinoso que quiera contar con una escultura de Juan A. podrá beneficiarse de un suculento descuento, si se lo solicita. Deseamos el mayor de los éxitos a nuestro compañero.
2/2/12
Carlos dice:
Llevaba unos días queriendo escribir sobre algo que me ha ocurrido recientemente. Tengo un buen amigo, (nos conocimos en Salamanca haciendo la “mili”) y hace unos días que estábamos viendo algo en mi ordenador, cuando salió tu blog (que tengo en favoritos), cuando mi amigo lo vio me dijo: “Anda, yo he estado allí, creo que en el año sesenta”. Me ha dicho que va a intentar encontrar alguna foto y hablará con su hermano, mayor que él, por si se acuerda de aquella época.
He visto así mismo que hay un nuevo sabinoso, y de los veteranos, también me uno a la bienvenida general.Lo que dice Luis sobre Ventura, (el instructor) viene a reforzar lo que ya comenté en su día, si bien no recordaba su nombre, otra cosa que también me ha confirmado es lo de los vales, debe ser que esos vales los eliminaron a mediados de los 50, pues aunque yo estuve cinco o seis años después que Luis, también me acuerdo de los vales, aunque no recuerdo qué te daban a cambio.
Yo también resido en Madrid y si por medio de Scila nos podemos poner en contacto para charlar sobre todo aquello, estaré encantado.
Saludos a todos los Sabinosos.
1/2/12
Se incorpora un nuevo Luís, que ya son varios.
Se nos ha incorporado recientemente Luís, un madrileño de los más veteranos sabinosos, y nos aporta tres documentos gráficos impresionantes, nada menos que de finales de los años cuarenta. A ver si hay suerte y alguien se identifica en esas fotografías.
Mi más sincera bienvenida a Luís, a quien espero ver por esta nuestra casa, y la suya, todo lo a menudo que él quiera.
Scila/
Luis.
Qué sorpresa tan grata me he llevado al abrir este blog de Scila. Yo también tengo cosas que contar, aunque quizá más desagradables por la antigüedad de mi estancia, creo que fue en el año 1949, expedición 29, cuando prácticamente empezaba el Preventorio. Tengo ahora 72 años.
En 1948 mi padre murió tuberculoso con 34 años dejando huérfanos tres niños de 2, 5 y 7 años. Yo soy el mayor de los tres. Me llamo Luis y vivía, y vivo, en Madrid. No recuerdo cómo me mandaron los tres meses de rigor al preventorio. Al año siguiente enviaron a mis dos hermanos.
Recuerdo como anécdota que, al despedirme mi madre en la estación de Atocha, me acompañaba otro niño vecino para despedirme, cuando anunciaron que faltaba una plaza para completar esa expedición 2, mi madre le entregó sin contar con sus padres. Todo salió bien y sus padres, que eran muy amigos, no lo tomaron a mal. Ese niño se llamaba, y llama, Francisco.

El rezar todas las tardes el rosario era una obligación. Nos sentaban en el suelo de un pabellón y los que estábamos atrás sólo veíamos las cabecitas rapadas de cientos de niños. Recuerdo también, por si alguien lo identifica, el nombre de algunas: la mía era María Bargalló en unas ocasiones y en otras era una tal Rosario, grandona, fuerte y ya madura. La segunda era de rigidez y energía nada agradable, nos obsequieba con castigos y cachetes. De compañeros recuerdo sólo a uno: se llamaba Germán y era de Gerona, un niño muy rebelde y valiente que se enfrentaba sin miedo a todo.

Eso entre otros castigos de bofetadas, pellizcos, tirones de pelo y orejas y otros que prefiero no mencionar para no recordarla más. Que Dios ampare a ese ejemplar de “animal” que sólo quería estar hablando con los hombres que se acercaban para tratar de ligarla aunque era bastante fea.
Envío tres fotografías indicando quiénes somos por si valen para identificación de algún compañero de fatigas.
No recuerdo muchas más cosas. Son algunas de las que me dejaron un recuerdo malo. No obstante, con un abrazo para todos los Sabinosos, me ofrezco para poder contactar, dar alguna información o lo que se nos ocurra. Quedo a la entera disposición de todos. Otra vez, un abrazo para todos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
-
La Sabinosa. 1959 . Foto remitida por Ricardo. He estado en dos ocasiones en las 'colonias' La sabinosa de Tarragona. La prime...
-
La famosa señorita Clara, de la que todos los críos del Preventorio estábamos enamorados. (Foto cedida por Jesús al museo virtual de 20m...
-
Hola, yo también estuve allí, estuve durante 2 veranos, en los años 1.965 y 1.966 (creo que cerraron el preventorio en abril del a...
-
Hola Scila, he dado con tu blog y han acudido a mi mente retazos de recuerdos escondidos en lo mas profundo de mi cerebro. Antes que n...
-
En aquellos años, finales de los cincuenta, aparecieron unos juguetes novedosos. Eran fidedignas reproducciones en goma, o plástico, de va...