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18/11/11

Ángel

Hola, ¿que tal? Soy Ángel. Scila, te vi en Noticias Fin de Semana de la Sexta, el pasado día 6 de noviembre, y la mente se me abrió de golpe, me dije: Por fin mi familia y allegados verán que no les he contado batallitas de mi niñez, de lo que nos hicieron pasar por el simple hecho de ser niños y de familia pobre. 
¿Qué aportar después de todo lo que habéis dicho ya? Yo no me acuerdo de los años en que estuve, debió ser en los años 59, 60, o 61. 
Estuve en dos ocasiones, una vez solo y en la siguiente con mi hermano pequeño. Seguro que alguno pensará: Si os trataban tan mal ¿porqué volviste? Por el hambre que se pasaba y, además, porque no nos creían, pensaban que como éramos pequeños exagerábamos. 
Pero todo lo que han comentado en este Blog los compañeros es cierto, la escasez de agua, las comidas, obligarnos a comer los bómitos, etc.
No sé si alguno ha comentado que nos hacían dormir  mirando hacia los wateres (una vista maravillosa), todas las cabezas giradas hacia el mismo lado y, si alguno dormido volvía la cabeza..., hostia que te crió.
No sé si ya se ha comentado el castigo de permanecer sentado con la cabeza entre las piernas, creo que de ahí me viene lo de la espalda cargada. Las señoritas se comían lo poquito que nos enviaban las familias, los famosos paquetes.
En fin colegas del Preve, novatos del Preve, vete puro nova, los más vetes del Preve... No he olvidado la canción; "Con las colonias del Patronato, con los macutos para marchar, para marchar, para ver a nuestros padres que esperando están. Aquí te dejo tierra querida..."
Creo que los que no se acordaran con esto recordarán, yo se lo canto a mis nietos. Perdonad la extensión pero siempre había pensado quer moriría sin que mi familia creyera la verdad, mi verdad y la de todos los colegas del Preve que han pasado por La Sabinosa.
Un fuerte abrazo para todos.
Ángel.

Ángel

Hola, ¿que tal? Soy Ángel. Scila, te vi en Noticias Fin de Semana de la Sexta, el pasado día 6 de noviembre, y la mente se me abrió de golpe, me dije: Por fin mi familia y allegados verán que no les he contado batallitas de mi niñez, de lo que nos hicieron pasar por el simple hecho de ser niños y de familia pobre. 
¿Qué aportar después de todo lo que habéis dicho ya? Yo no me acuerdo de los años en que estuve, debió ser en los años 59, 60, o 61. 
Estuve en dos ocasiones, una vez solo y en la siguiente con mi hermano pequeño. Seguro que alguno pensará: Si os trataban tan mal ¿porqué volviste? Por el hambre que se pasaba y, además, porque no nos creían, pensaban que como éramos pequeños exagerábamos. 
Pero todo lo que han comentado en este Blog los compañeros es cierto, la escasez de agua, las comidas, obligarnos a comer los bómitos, etc.
No sé si alguno ha comentado que nos hacían dormir  mirando hacia los wateres (una vista maravillosa), todas las cabezas giradas hacia el mismo lado y, si alguno dormido volvía la cabeza..., hostia que te crió.
No sé si ya se ha comentado el castigo de permanecer sentado con la cabeza entre las piernas, creo que de ahí me viene lo de la espalda cargada. Las señoritas se comían lo poquito que nos enviaban las familias, los famosos paquetes.
En fin colegas del Preve, novatos del Preve, vete puro nova, los más vetes del Preve... No he olvidado la canción; "Con las colonias del Patronato, con los macutos para marchar, para marchar, para ver a nuestros padres que esperando están. Aquí te dejo tierra querida..."
Creo que los que no se acordaran con esto recordarán, yo se lo canto a mis nietos. Perdonad la extensión pero siempre había pensado quer moriría sin que mi familia creyera la verdad, mi verdad y la de todos los colegas del Preve que han pasado por La Sabinosa.
Un fuerte abrazo para todos.
Ángel.

Ángel

Hola, ¿que tal? Soy Ángel. Scila, te vi en Noticias Fin de Semana de la Sexta, el pasado día 6 de noviembre, y la mente se me abrió de golpe, me dije: Por fin mi familia y allegados verán que no les he contado batallitas de mi niñez, de lo que nos hicieron pasar por el simple hecho de ser niños y de familia pobre. 
¿Qué aportar después de todo lo que habéis dicho ya? Yo no me acuerdo de los años en que estuve, debió ser en los años 59, 60, o 61. 
Estuve en dos ocasiones, una vez solo y en la siguiente con mi hermano pequeño. Seguro que alguno pensará: Si os trataban tan mal ¿porqué volviste? Por el hambre que se pasaba y, además, porque no nos creían, pensaban que como éramos pequeños exagerábamos. 
Pero todo lo que han comentado en este Blog los compañeros es cierto, la escasez de agua, las comidas, obligarnos a comer los bómitos, etc.
No sé si alguno ha comentado que nos hacían dormir  mirando hacia los wateres (una vista maravillosa), todas las cabezas giradas hacia el mismo lado y, si alguno dormido volvía la cabeza..., hostia que te crió.
No sé si ya se ha comentado el castigo de permanecer sentado con la cabeza entre las piernas, creo que de ahí me viene lo de la espalda cargada. Las señoritas se comían lo poquito que nos enviaban las familias, los famosos paquetes.
En fin colegas del Preve, novatos del Preve, vete puro nova, los más vetes del Preve... No he olvidado la canción; "Con las colonias del Patronato, con los macutos para marchar, para marchar, para ver a nuestros padres que esperando están. Aquí te dejo tierra querida..."
Creo que los que no se acordaran con esto recordarán, yo se lo canto a mis nietos. Perdonad la extensión pero siempre había pensado quer moriría sin que mi familia creyera la verdad, mi verdad y la de todos los colegas del Preve que han pasado por La Sabinosa.
Un fuerte abrazo para todos.
Ángel.

14/11/11

Ramón

Salutacions: M'ha suposat tot un sotrac el trobar el teu blog i la informació sobre aquesta presó de petits infants durant els anys 40, 50 i part dels 60 del segle passat. Jo també vaig estar-hi. 

Per desgràcia he de suscriure el patiment i crueltat tant física com mental que allí vam haver de suportar, Me n'alegro dels companys que no van patir els maltractaments que la majoria reflecteixen.

Jo vaig arribar-hi des de Xerallo, un poblet del Pirineu Català, on hi havia una fàbrica de ciment. He de dir que he plorat al recordar aquells mesos de tortura per part de les monges i les senyoretes ¿cuidadores?. Recordo anar a la platja de l'Arrabassada a buscar "uñas", tallarines, un mol.lusc molt apreciat. 

Si et mullaves els peus ho tenies clar: passaves tot el dia mullat. No tinc fotos. Penso que el meu pare les va engega a fer punyetes. El dia que vàren venir a buscar-me, una de les monges em va donar una estirada d'orelles tan forta que hem van haver posar sis punts de sutura. 

I solament perquè vaig sortir del camp de futbol corrent cap els meus pares quan els vaig veure. En fí, allí es van quedar uns tristos records, alguna que altra joguina (que ens prenien les cuidadores) i els amiguets de patiments. Són històries que les generacions actuals haurien de conèixer. No sempre tot ha estat tan fàcil i còmode.
Una abraçada a tots els sabinosos.

Ramón - Amposta (Tarragona)

Ramón

Salutacions: M'ha suposat tot un sotrac el trobar el teu blog i la informació sobre aquesta presó de petits infants durant els anys 40, 50 i part dels 60 del segle passat. Jo també vaig estar-hi. 

Per desgràcia he de suscriure el patiment i crueltat tant física com mental que allí vam haver de suportar, Me n'alegro dels companys que no van patir els maltractaments que la majoria reflecteixen.

Jo vaig arribar-hi des de Xerallo, un poblet del Pirineu Català, on hi havia una fàbrica de ciment. He de dir que he plorat al recordar aquells mesos de tortura per part de les monges i les senyoretes ¿cuidadores?. Recordo anar a la platja de l'Arrabassada a buscar "uñas", tallarines, un mol.lusc molt apreciat. 

Si et mullaves els peus ho tenies clar: passaves tot el dia mullat. No tinc fotos. Penso que el meu pare les va engega a fer punyetes. El dia que vàren venir a buscar-me, una de les monges em va donar una estirada d'orelles tan forta que hem van haver posar sis punts de sutura. 

I solament perquè vaig sortir del camp de futbol corrent cap els meus pares quan els vaig veure. En fí, allí es van quedar uns tristos records, alguna que altra joguina (que ens prenien les cuidadores) i els amiguets de patiments. Són històries que les generacions actuals haurien de conèixer. No sempre tot ha estat tan fàcil i còmode.
Una abraçada a tots els sabinosos.

Ramón - Amposta (Tarragona)

Ramón

Salutacions: M'ha suposat tot un sotrac el trobar el teu blog i la informació sobre aquesta presó de petits infants durant els anys 40, 50 i part dels 60 del segle passat. Jo també vaig estar-hi. 

Per desgràcia he de suscriure el patiment i crueltat tant física com mental que allí vam haver de suportar, Me n'alegro dels companys que no van patir els maltractaments que la majoria reflecteixen.

Jo vaig arribar-hi des de Xerallo, un poblet del Pirineu Català, on hi havia una fàbrica de ciment. He de dir que he plorat al recordar aquells mesos de tortura per part de les monges i les senyoretes ¿cuidadores?. Recordo anar a la platja de l'Arrabassada a buscar "uñas", tallarines, un mol.lusc molt apreciat. 

Si et mullaves els peus ho tenies clar: passaves tot el dia mullat. No tinc fotos. Penso que el meu pare les va engega a fer punyetes. El dia que vàren venir a buscar-me, una de les monges em va donar una estirada d'orelles tan forta que hem van haver posar sis punts de sutura. 

I solament perquè vaig sortir del camp de futbol corrent cap els meus pares quan els vaig veure. En fí, allí es van quedar uns tristos records, alguna que altra joguina (que ens prenien les cuidadores) i els amiguets de patiments. Són històries que les generacions actuals haurien de conèixer. No sempre tot ha estat tan fàcil i còmode.
Una abraçada a tots els sabinosos.

Ramón - Amposta (Tarragona)

Carlos

Hola Scilas y demás “Sabinosos” .
Soy otro más de los que pasaron por la Sabinosa, tétrico lugar, y no porque lo fuera el entorno, más bien a causa de los que lo dirigían y nos... ¿cuidaban?
Estuve desde octubre de 1.955 a enero del 56, o sea que me pasé las Navidades y Reyes en aquel lugar, en esa época contaba con 10 años de edad. No puedo decir que mi experiencia fuese tan penosa como otras que he leído, pero tampoco tan maravillosa como para repetir. Creo que lo peor de todo eran las comidas, había algunas que, aún hoy, se revuelven las entrañas solo de acordarme, (sobre todo unas patatas con verdura –tal vez berzas- que resultaban incomibles, por su olor, sabor y aspecto), es cierto lo que dicen otros de lo que por allí pasaron, si vomitabas te lo hacían comer, yo en estos casos miraba para otro lado, pues ver como otro vóomitaba me producía arcadas y tenía que aguantar el tipo como pudiera.
Recuerdo al Instructor, era un tipo larguirucho, enjuto de rostro, (me recordaba a alguna ilustración de Don Quijote) tenía un bigotito de los típicos del Régimen, nos ponía a hacer una especie de gimnasia sueca, pues como estábamos en invierno, a la playa, solo salíamos a pasear alguna tarde.
Era aquel un lugar lleno de hipocresía, donde el trato de vallas para adentro, era entre vejatorio y humillante, hasta sádico en alguna ocasión, y lo peor de todo eran las puñeteras monjitas. Las cuidadoras, que vestían al uso de las enfermeras, es decir con uniforma blanco, cofia y capa azul, no eran lo peor, en la foto de grupo que os mando, estamos con nuestra cuidadora, (creo recordar que se llamaba Aura) la otra que estaba en el mismo pabellón era, la admirada Clara, esta tenía una larga coleta de color rubio, que la daba un aspecto muy juvenil, en cambio la que tenía mi grupo, en el reparto de rostros no fue muy afortunada, pues amén de poco agraciada, tenía muy “mala gaita” y más bigote que el káiser Guillermo. 
Los chicos íbamos de uniforme, pantalón gris, una camisa gris clara y un jersey también gris un poco más oscuro, cuando hacía más frio nos poníamos una capa de paño también gris, pero cuando en una ocasión nos llevaron a Tarragona, nos pusieron zapatos, ¡¡si, zapatos negros¡! Y….( no os la vais a creer) ¡!UN ABRIGO AZUL MARINO CON BOTONES DORADOS!!, imagino que para dar sensación de lo bien cuidados y tratados que estamos aquellos niños, (hijos en su mayoría  de los aquellos “rojos” que perdieron la guerra), y qué buenas aquellas gentes que dedicaban su tiempo a tan loable labor. Pura hipocresía, quizás lavado de conciencia, si es que tenían.
En fin, tengo muchos recuerdos de entonces y no quiero seguir atosigando, si acaso,  continuaré en otra ocasión y si encuentro alguna otra foto, que probablemente estén en casa de mi madre.
Saludos afectuosos a todos los Sabinosos. ¡Vaya me salió un pareado!

Carlos

Hola Scilas y demás “Sabinosos” .
Soy otro más de los que pasaron por la Sabinosa, tétrico lugar, y no porque lo fuera el entorno, más bien a causa de los que lo dirigían y nos... ¿cuidaban?
Estuve desde octubre de 1.955 a enero del 56, o sea que me pasé las Navidades y Reyes en aquel lugar, en esa época contaba con 10 años de edad. No puedo decir que mi experiencia fuese tan penosa como otras que he leído, pero tampoco tan maravillosa como para repetir. Creo que lo peor de todo eran las comidas, había algunas que, aún hoy, se revuelven las entrañas solo de acordarme, (sobre todo unas patatas con verdura –tal vez berzas- que resultaban incomibles, por su olor, sabor y aspecto), es cierto lo que dicen otros de lo que por allí pasaron, si vomitabas te lo hacían comer, yo en estos casos miraba para otro lado, pues ver como otro vóomitaba me producía arcadas y tenía que aguantar el tipo como pudiera.
Recuerdo al Instructor, era un tipo larguirucho, enjuto de rostro, (me recordaba a alguna ilustración de Don Quijote) tenía un bigotito de los típicos del Régimen, nos ponía a hacer una especie de gimnasia sueca, pues como estábamos en invierno, a la playa, solo salíamos a pasear alguna tarde.
Era aquel un lugar lleno de hipocresía, donde el trato de vallas para adentro, era entre vejatorio y humillante, hasta sádico en alguna ocasión, y lo peor de todo eran las puñeteras monjitas. Las cuidadoras, que vestían al uso de las enfermeras, es decir con uniforma blanco, cofia y capa azul, no eran lo peor, en la foto de grupo que os mando, estamos con nuestra cuidadora, (creo recordar que se llamaba Aura) la otra que estaba en el mismo pabellón era, la admirada Clara, esta tenía una larga coleta de color rubio, que la daba un aspecto muy juvenil, en cambio la que tenía mi grupo, en el reparto de rostros no fue muy afortunada, pues amén de poco agraciada, tenía muy “mala gaita” y más bigote que el káiser Guillermo. 
Los chicos íbamos de uniforme, pantalón gris, una camisa gris clara y un jersey también gris un poco más oscuro, cuando hacía más frio nos poníamos una capa de paño también gris, pero cuando en una ocasión nos llevaron a Tarragona, nos pusieron zapatos, ¡¡si, zapatos negros¡! Y….( no os la vais a creer) ¡!UN ABRIGO AZUL MARINO CON BOTONES DORADOS!!, imagino que para dar sensación de lo bien cuidados y tratados que estamos aquellos niños, (hijos en su mayoría  de los aquellos “rojos” que perdieron la guerra), y qué buenas aquellas gentes que dedicaban su tiempo a tan loable labor. Pura hipocresía, quizás lavado de conciencia, si es que tenían.
En fin, tengo muchos recuerdos de entonces y no quiero seguir atosigando, si acaso,  continuaré en otra ocasión y si encuentro alguna otra foto, que probablemente estén en casa de mi madre.
Saludos afectuosos a todos los Sabinosos. ¡Vaya me salió un pareado!

Carlos

Hola Scilas y demás “Sabinosos” .
Soy otro más de los que pasaron por la Sabinosa, tétrico lugar, y no porque lo fuera el entorno, más bien a causa de los que lo dirigían y nos... ¿cuidaban?
Estuve desde octubre de 1.955 a enero del 56, o sea que me pasé las Navidades y Reyes en aquel lugar, en esa época contaba con 10 años de edad. No puedo decir que mi experiencia fuese tan penosa como otras que he leído, pero tampoco tan maravillosa como para repetir. Creo que lo peor de todo eran las comidas, había algunas que, aún hoy, se revuelven las entrañas solo de acordarme, (sobre todo unas patatas con verdura –tal vez berzas- que resultaban incomibles, por su olor, sabor y aspecto), es cierto lo que dicen otros de lo que por allí pasaron, si vomitabas te lo hacían comer, yo en estos casos miraba para otro lado, pues ver como otro vóomitaba me producía arcadas y tenía que aguantar el tipo como pudiera.
Recuerdo al Instructor, era un tipo larguirucho, enjuto de rostro, (me recordaba a alguna ilustración de Don Quijote) tenía un bigotito de los típicos del Régimen, nos ponía a hacer una especie de gimnasia sueca, pues como estábamos en invierno, a la playa, solo salíamos a pasear alguna tarde.
Era aquel un lugar lleno de hipocresía, donde el trato de vallas para adentro, era entre vejatorio y humillante, hasta sádico en alguna ocasión, y lo peor de todo eran las puñeteras monjitas. Las cuidadoras, que vestían al uso de las enfermeras, es decir con uniforma blanco, cofia y capa azul, no eran lo peor, en la foto de grupo que os mando, estamos con nuestra cuidadora, (creo recordar que se llamaba Aura) la otra que estaba en el mismo pabellón era, la admirada Clara, esta tenía una larga coleta de color rubio, que la daba un aspecto muy juvenil, en cambio la que tenía mi grupo, en el reparto de rostros no fue muy afortunada, pues amén de poco agraciada, tenía muy “mala gaita” y más bigote que el káiser Guillermo. 
Los chicos íbamos de uniforme, pantalón gris, una camisa gris clara y un jersey también gris un poco más oscuro, cuando hacía más frio nos poníamos una capa de paño también gris, pero cuando en una ocasión nos llevaron a Tarragona, nos pusieron zapatos, ¡¡si, zapatos negros¡! Y….( no os la vais a creer) ¡!UN ABRIGO AZUL MARINO CON BOTONES DORADOS!!, imagino que para dar sensación de lo bien cuidados y tratados que estamos aquellos niños, (hijos en su mayoría  de los aquellos “rojos” que perdieron la guerra), y qué buenas aquellas gentes que dedicaban su tiempo a tan loable labor. Pura hipocresía, quizás lavado de conciencia, si es que tenían.
En fin, tengo muchos recuerdos de entonces y no quiero seguir atosigando, si acaso,  continuaré en otra ocasión y si encuentro alguna otra foto, que probablemente estén en casa de mi madre.
Saludos afectuosos a todos los Sabinosos. ¡Vaya me salió un pareado!

13/11/11

Un afortunado: Tomás.

Mi nombre es Tomás Morales. Estuve en el preventorio de La Sabinosa en los primeros meses del año 1958, a los 9 años de edad. Fui junto con mi hermano mayor y los recuerdos que tengo son todos buenos a excepción de la sopa de sémola que nos daban de comer a menudo. 

No recuerdo malos tratos hacia nadie, ni separación de hermanos (en mi caso es evidente). La señorita que nos cuidaba, creo que se llamaba Emilia, nos trataba muy bien. Recuerdo que, además de a la playa de La Sabinosa, nos llevaban a jugar y a bañarnos a la Playa Larga, también que nos llevaron a ver un partido de fútbol del Tarragona. En fin que mis vivencias no tienen nada que ver con otras que he leído.
Adjunto la única foto que conservo.
Saludos.