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10/4/12

Bienvenido Paco


 ¡Hola amigo!

Permítame esta entrada, porque al encontrar su blog de testimonios sobre el preventorio de la Sabinosa, así me lo hace creer.

Dentro de unas semanas tengo que ir a Tarragona y al abrir en internet el Plano de la misma me encuentro las playas de la Arrabassada y de la Savinosa y entre ellas el promontorio donde estaba el Preventorio Infantil Antituberculoso en el que estuve, no recuerdo bien si fue en los años 1945 o 1946, los meses de Junio a Agosto o puede que Septiembre también, pues sé que me prorrogaron algo la estancia. Pero, por otros motivos, creo que fue en uno de esos dos años. Después encontré vuestro bloc y no me levanté de mi PC hasta que me leí prácticamente todos los testimonios de los que de chiquillos pasaron por allí.

En estos momentos voy camino de los 76 años y, al leer los testimonios, me da la sensación de que yo estuve en otro Preventorio, a lo mejor virtual, pues de lo leído he quedado horrorizado. Yo no sé si después de mi estancia allí aquello se endureció como cuentan, que no lo dudo. Tengo unos recuerdos bastante borrosos, pero no negativos. En ello coincido con el testimonio de “Francisco el decano”, (2010) que estuvo por aquellas fechas. Yo estuve en el pabellón primero junto a las vías del tren. Y también tengo un recuerdo inmejorable de la Señorita cuidadora que tuve, Srta. Neus, a la que, al menos en mi grupo por lo que recuerdo, queríamos y nos trataba con cariño.

Tengo muy vivamente presente mi salida de Madrid, primero de la Plaza de España y después en el tren, de Atocha, a la caída de la tarde y también cómo estando en el pasillo, yo distraído, seguramente ensimismado viendo pasar el paisaje adusto, ya fuera de Madrid, uno de los Guardia Civiles que nos acompañaban me preguntó que si iba triste recordando a mi familia, y al contestarle que sí, me acarició la cabeza diciéndome lo bien que lo iba a pasar en la playa. El viaje duró casi las veinticuatro horas.

De las comidas ni de los rezos guardo memoria alguna, sí de los buenos ratos en la playa, con sus caracoles (de tierra y de mar), lapas y también medusas, y la sensación de que nos bajaban todos los días por la mañana. Las excursiones a Tarragona, Fiesta del Corpus, ruinas romanas y campo de futbol. Y la “coca” de merienda en esas excusiones. Las duchas colectivas “en pelotas”. Los dos pabellones bajos inmediatos al acantilado, que estaban vacíos y en los que nos colábamos a a jugar y hacer travesuras (entre ellas formar una cadena de niños y el primero introducir, supongo que un alambre, en un enchufe y ver al último de la fila dar brincos), y sobre todo la contemplación del mar desde lo alto del acantilado, ver pasar los barcos, tengo la imagen de un velero de tres mástiles con todo su velamen abierto, proando hacia Barcelona, y una tormenta con su tornado, también,  sobre el mar. Yo siempre he recordado mi estancia en La Sabinosa con cariño.

Este es mi testimonio y, repito, no pongo en duda las experiencias negativas que otros cuentan.

Le agradezco la creación de este blog que me ha hecho rememorar algunos de los momentos dichosos y libres de mi vida.

Un cordial saludo: Paco

9/3/12

De Juan.

Hola de nuevo, la verdad es que apenas recuerdo esos tiempos, creo recordar que tenía sólo 7 años (66 o 67). Recuerdo lo malísima que era la comida  y la tal Emilia, por lo mala y déspota que era con los niños. También tengo en la memoria el tremendo ruido del paso del tren por las noches, y el olor tan característicos que había en los lavabos. 

Mis recuerdos, como ya comenté, se diluyen en el tiempo. El partido de fútbol,  la playa y la ermita- con un montón de calaveras- es todo lo que recuerdo. Creo que soy ateo por los muchos rosarios que rezamos. Yo no lo pasé mal del todo ya que mi hermano estaba conmigo, tenía dos años mas que yo y cuidaba de mí. Fotos sé que mis padres conservaron en casa, pero murieron y no sé nada de esas ellas, desaparecieron. 

Un saludo y hasta pronto. Juan A.

8/3/12

Juan Ángel, un nuevo sabinoso


Yo también estuve en el Preventorio, la verdad es que no recuerdo el año,  creo que sería el 56 o 57, y sí me acuerdo de la Emilia de las narices,  mala, mala, pero mala.  Recuerdo que una tarde no pude orinar a la hora marcada, creo que después de la comida, pasé toda la tarde sin poder orinar y después de dos tortas, por la noche,  no podía ni andar del dolor. 

Yo casi no recuerdo aquellos años, será que no lo quiero recordar. Sí recuerdo la llegada al Preventorio, pasando por el ojo  del puente de la vía del tren  y ver el mar por primera vez. También recuerdo una visita al campo de fútbol, llegamos andando y nos dieron unas capas, creo que negras o azúl marino, para llevarlas sobre los hombros. 
Yo vivía en Peña Grande (Madrid), y en mi casa no se pasaba hambre, por eso la comida me parecía una mierda  y, las lentejas,  creo que eran más piedras que lentejas. Otro recuerdo que tengo es una visita a una ermita en el monte. Pero claro, lo más bonito fue… la playa larga,  maravillosa. Es mi mejor recuerdo. Un saludo a todos.  


Juan.

6/2/12

Exposición

Como algunos recordaréis, entre nosotros contamos con ilustres sabinosos, entre otros con nuestro compañero Juan A., que tiene la virtud de esculpir el metal como un consumado artista. Conocemos alguna de sus obras por haberlas expuesto en esta página, ahora los madrileños tienen la oportunidad de contemplar en directo parte de su obra. Junto a él concurre a la exposición una excelente pintora, Carmen C., famila directa de Juan A.
Incluimos unas fotografías de la exposición para general conocimiento. Tened por seguro que cualquier sabinoso que quiera contar con una escultura de Juan A. podrá beneficiarse de un suculento descuento, si se lo solicita. Deseamos el mayor de los éxitos a nuestro compañero.








2/2/12

Carlos dice:

Hola Scila.
Llevaba unos días queriendo escribir sobre algo que me ha ocurrido recientemente. Tengo un buen amigo, (nos conocimos en Salamanca haciendo la “mili”) y hace unos días que estábamos viendo algo en mi ordenador, cuando salió tu blog (que tengo en favoritos), cuando mi amigo lo vio me dijo: “Anda, yo he estado allí, creo que en el año sesenta”. Me ha dicho que va a intentar encontrar alguna foto y  hablará con su hermano, mayor que él, por si se acuerda de aquella época.
He visto así mismo que hay un nuevo sabinoso, y de los veteranos, también me uno a la bienvenida general.Lo que dice Luis sobre Ventura, (el instructor) viene a reforzar lo que ya comenté en su día, si bien no recordaba su nombre, otra cosa que también me ha confirmado es lo de los vales, debe ser que esos vales los eliminaron a mediados de los 50, pues aunque yo estuve cinco o seis años después que Luis, también me acuerdo de los vales, aunque no recuerdo qué te daban a cambio.
Yo también resido en Madrid y si por medio de Scila nos podemos poner en contacto para charlar sobre todo aquello, estaré encantado.
Saludos a todos los Sabinosos.

1/2/12

Se incorpora un nuevo Luís, que ya son varios.

Se nos ha incorporado recientemente Luís, un madrileño de los más veteranos sabinosos, y nos aporta tres documentos gráficos impresionantes, nada menos que de finales de los años cuarenta. A ver si hay suerte y alguien se identifica en esas fotografías.
Mi más sincera bienvenida a Luís, a quien espero ver por esta nuestra casa, y la suya, todo lo a menudo que él quiera.
Scila/

Luis.


Qué sorpresa tan grata me he llevado al abrir este blog de Scila. Yo también tengo cosas que contar, aunque quizá más desagradables por la antigüedad de mi estancia, creo que fue en el año 1949, expedición 29, cuando prácticamente empezaba el Preventorio. Tengo ahora 72 años.
En 1948 mi padre murió tuberculoso con 34 años dejando huérfanos tres niños de 2, 5 y 7 años. Yo soy el mayor de los tres. Me llamo Luis y vivía, y vivo, en Madrid. No recuerdo cómo me mandaron los tres meses de rigor al preventorio. Al año siguiente enviaron a mis dos hermanos.
Recuerdo como anécdota que, al despedirme mi madre en la estación de Atocha, me acompañaba otro niño vecino para despedirme, cuando anunciaron que faltaba una plaza para completar esa expedición 2, mi madre le entregó sin contar con sus padres. Todo salió bien y sus padres, que eran muy amigos, no lo tomaron a mal. Ese niño se llamaba, y llama, Francisco.


Aunque está casi todo comentado de cómo vivíamos allí y el trato que nos daban, quiero dar algún dato para engordar la historia de Los Sabinosos: el instructor de aquella época era un tal Señor Ventura, pelirrojo, con poderes de energía y mando nada apropiado para niños. Los domingos, después de misa, iban los catequistas con juegos y nos daban unos vales para canjear no recuerdo por qué cosas. 
El rezar todas las tardes el rosario era una obligación. Nos sentaban en el suelo de un pabellón y los que estábamos atrás sólo veíamos las cabecitas rapadas de cientos de niños. Recuerdo también, por si alguien lo identifica, el nombre de algunas: la mía era María Bargalló en unas ocasiones y en otras era una tal Rosario, grandona, fuerte y ya madura. La segunda era de rigidez y energía nada agradable,  nos obsequieba con castigos y cachetes. De compañeros recuerdo sólo a uno: se llamaba Germán y era de Gerona, un niño muy rebelde y valiente que se enfrentaba sin miedo a todo.


Recuerdo que Trini la andaluza es y será, si vive, punto y aparte, de canalla con las criaturas. Lo cuento. Cuando nos bajaban a la playa esta individua nos castigaba con taparnos la cabeza con nuestro propio jersey y nos tenía todo el tiempo vueltos de espaldas al mar y así castigados hasta que volvíamos al pabellón o al comedor. 
Eso entre otros castigos de bofetadas, pellizcos, tirones de pelo y orejas y otros que prefiero no mencionar para no recordarla más. Que Dios ampare a ese ejemplar de “animal” que sólo quería estar hablando con los hombres que se acercaban para tratar de ligarla aunque era bastante fea.
Envío tres fotografías indicando quiénes somos por si valen para identificación de algún compañero de fatigas.
  
No recuerdo muchas más cosas. Son algunas de las que me dejaron un recuerdo malo. No obstante, con un abrazo para todos los Sabinosos, me ofrezco para poder contactar, dar alguna información o lo que se nos ocurra. Quedo a la entera disposición de todos. Otra vez, un abrazo para todos.

24/12/11

Navidad 2012





Aquí os dejo un pps de felicitación con mis mejores deseos para el nuevo año, que por deseos no quede, a ver si entre todos terminamos con esta crisis que amenaza con no irse. Hasta el próximo año, sabinosos. 
Un fuerte abrazo. Scila/

Felicitación Navidad 2011





HOLA SABINOSOS, OS DESEO UNA FELIZ NAVIDAD, Y TODO LO MEJOR PARA 2012,
SALUDOS MIGUEL.

21/12/11

Nota de Carlos


Hola Scila.

Nuevamente me pongo en contacto contigo, por ver si tu mismo a alguno de los que se acercan a tu página, recuerdan algo, que desde hace unos días me viene a la cabeza.

Hola a todos los Sabinosos que leéis estas páginas, que tan amablemente nos facilita el amigo Scila.
Desde hace unos días me viene un vago recuerdo a la memoria, no sé si esta me traiciona o hay algo de realidad, ¿alguno de los que por allí estuvisteis recuerda si daban unos vales con puntos, que luego se podían canjear por no recuerdo qué? Me suena que, con esos vales, jugábamos a dar la vuelta con la palma de la mano a unos cuantos que se ponían en montoncitos en el suelo, lo mismo estoy equivocado y no era en la Sabinosa, pero no recuerdo de haber estado en ningún otro tipo de “colonias” o campamentos, solamente en aquel lugar.
Otra cosa que sí recuerdo con más precisión, era que por las fechas en que estuve, ponían música (creo que de alguna emisora de radio local) y entre otras cosas, un villancico cantado en catalán, aunque conocía su versión en castellano, me llamó la atención oír lo bien que me sonaba, pese a no entender lo que decía; en castellano el estribillo dice algo así… ¡¡en Belén están de fiesta, fuu fuu fuu!!, etc.
También solían cantar aquella canción del “camino verde”, y la rapsodia sueca, que ya entonces me gustó y desde  entonces la he escuchado siempre que he podido.

Bueno aprovechando estas fiestas que prácticamente tenemos encima, desearos unas felices fiestas y que el 2012 sea un año mejor que el que nos deja.

Saludos cordiales.