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28/9/14

Una época





Trabajadoras del Preventorio. No hay datos de la foto, si alguna se reconoce... que nos lo diga.


Foto cedida para este Blog por L.

Una época




Trabajadoras del Preventorio. No hay datos de la foto, si alguna se reconoce... que nos lo diga.


Foto cedida para este Blog por L.

Una época




Trabajadoras del Preventorio. No hay datos de la foto, si alguna se reconoce... que nos lo diga.


Foto cedida para este Blog por L.

La monja omnipresente





Un grupo de trabajadoras del Preventorio con una monja de las que yo afirmaba que nunca existieron. Debían ser invisibles para mí.


Foto cedida para este Blog por L.













La monja omnipresente





Un grupo de trabajadoras del Preventorio con una monja de las que yo afirmaba que nunca existieron. Debían ser invisibles para mí.


Foto cedida para este Blog por L.













La monja omnipresente





Un grupo de trabajadoras del Preventorio con una monja de las que yo afirmaba que nunca existieron. Debían ser invisibles para mí.


Foto cedida para este Blog por L.













Aquí os dejo una impresionante fotografía de cuatro atrevidas cuidadoras que arriesgaron mucho bajando hasta las rocas- un ola se las podría haber llevado en un abrir y cerrar de ojos- para obtener esta imagen irrepetible.
La foto es propiedad de una colección privada, se puede ver pero no llevársela.
Aquí os dejo una impresionante fotografía de cuatro atrevidas cuidadoras que arriesgaron mucho bajando hasta las rocas- un ola se las podría haber llevado en un abrir y cerrar de ojos- para obtener esta imagen irrepetible.
La foto es propiedad de una colección privada, se puede ver pero no llevársela.
Aquí os dejo una impresionante fotografía de cuatro atrevidas cuidadoras que arriesgaron mucho bajando hasta las rocas- un ola se las podría haber llevado en un abrir y cerrar de ojos- para obtener esta imagen irrepetible.
La foto es propiedad de una colección privada, se puede ver pero no llevársela.

25/8/14

Las colonias

Así era nuestro comedor, pero sin monjas.
Así era nuestro comedor, pero sin monjas.

Siguen pasando los años y aumenta el lamentable estado de ruina en las instalaciones de La sabinosa. Se deterioran todavía más y más deprisa sin que nadie, ni personas ni instituciones, le pongan remedio.
Lástima, los edificios ya son de imposible recuperación, cuando sean derribados y los camiones se lleven los escombros también se llevarán la memoria, las imágenes y los sentimientos que entre sus muros encerraron durante décadas, procedente de las vidas de miles de chavales que vivieron- cada uno a su manera- una época de su infancia, internados en las famosas "colonias" infantiles para muchos, campos de internamiento infantiles para otros.
En cualquier caso esos edificios no deberían haber terminado así, en ruina absoluta, cuando podrían y deberían ser de utilidad pública y al tiempo un lugar de recuerdo vivo de una época tan especial para miles de niños que pasaron por sus instalaciones en la dura  e interminable posguerra.


                                                          

                                                              Así es ahora.