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29/1/09

Juan Martinez

Hoy nos llega el testimonio de un nuevo sabinoso- Juan Martínez- que, como la mayoría, aporta dos visiones diferentes de su estancia en el Preventorio, una buena y otra pésima.
Bienvenido al club.

Scila/

Hola Scila, yo también estuve alli. Me llamo Juan Martínez y aunque vivo en Getafe soy de Madrid. Al final de los años 50 estuve dos veces en el Preventorio de la Sabinosa, tengo muy malos recuerdos y no querría ni acordarme si no fuera porque la última vez di con una cuidadora genial, se llamaba María Tutor y era la bondad en persona, una mujer que no olvidaré nunca por muchos años que viva. Mis peores recuerdos, sin duda , provienen de la señorita Emilia, más mala que un dolor de muelas. Respecto a la comida es verdad, habia bichos en el comedor y a veces los encontrabas en el plato. Te mando esta foto del Preventorio- soy el de la derecha-. Gracias por publicarlo en tu blog.
Ciao, un saludo a todos los que tuvieron que pasar por ese lugar.

J.M.

14/1/09

Jesús de Tetuán



Hoy se incorpora un nuevo "sabinoso" al club. Se trata de Jesús, de Tetuán. Siempre es interesante recibir una nueva incorporación pero en este caso lo es más por ser- creo que el único hasta ahora- que dice guardar recuerdos agradables de aquel lugar. Es bueno el contraste de opiniones diferentes. El texto remitido es extenso por lo que nos vemos obligados a transcribir solamente algunos párrafos por cuestión de espacio y equidad con el resto de colaboradores. Bien venido al club, Jesús.

Scila/



Me es muy grato reencontrarme con los compañeros que convivimos en los años 50 y 60 en La Sabinosa. Vaya por delante que he leido todos los comentarios que habéis puesto en este Blog y tenéis un mal recuerdo de aquella época. Sin embargo, mis recuerdos son totalmente distintos, yo recuerdo aquella época como bella y bonita. Quizá sea porque en las dos etapas que estuve fui con varios amigos de la calle donde yo vivía, calle Porfirio, y no me encontraba sólo. Las dos veces estuve con la Señorita Domi, siempre se portó muy bien conmigo. Estuve dos veces, en las primaveras de 1959 y 1963, con 8 y 12 años. Tres meses cada vez. De la primera tengo menos recuerdos, entonces era muy niño. De la segunda vez recuerdo más vivencias.
Había que pasar un reconocimiento médico en una sede del Patronato Antituberculoso de Andrés Mellado, Madrid. Los niños que íbamos no podíamos estar enfermos. Éramos de familias humildes, hijos de los perdedores de la guerra.
Nuestra llegada era recibida por los niños que ya estaban allí con cánticos cómo: "Nóvatos del Pré" "Nóvatos del Pré". Llevándose las manos al pecho y dspués estirando los brazos a la misma altura. Había otros cánticos cómo: "Los más vetes del Pré" o "Vete puro Nova". A los nuevos se les reconocía por la ropa , era distinta a la de los veteranos. Las zapatillas eran de suela de esparto, tela y atada con cintas por encima del tobillo.
Hay compañeros que dicen que pasaban hambre, o que la comida era mala, o que a alguno les hicieron comer sus vómitos. Yo no recuerdo esto. Sí recuerdo que al acercarnos al comedor siempre había el mismo olor a comida, patatas cocidas con mejillones o algo así. Recuerdo que íbamos a beber agua de la fuente que aparece en alguna foto, y nos llevábamos un dentrífico untábamos un poco en los dientes y al beber el agua parecía más fina.
Los baños estaban al final del pabellón. Todos los niños se bañaban desnudos, excepto yo, con 12 años había desarrollado el vello púbico y la Sta. Domi me dio un bañador azul para que me tapara. Los demás niños eran más pequeños y no tenían "Pelillos". Las playas eran muy bonitas y desiertas de gente, sólo estábamos los del Preventorio. La Corta o de los Curas, La Larga o la Sabinosa. Nos bañábamos poco, pero podíamos jugar. Hacíamos excusiones a Tarragona, o al monte. Cuando ibamos al monte, nos daban de merienda un suizo con un huevo duro en el medio. En la playa recogíamos conchas, lapas, o "uñas" con las que hacíamos las pulseras o collares. Al volver a casa los repartíamos entre las hermanas o vecinas como recuerdo de nuestra estancia en la playa. Todas las tardes había que rezar el rosario. Yo cantaba el rosario, en latín. Quizá por eso me trataban bien, no recuerdo que a los demás niños no les trataran igual que a mí. Algunos habláis de niños hambrientos o tristes. Mis recuerdos son de niños alegres, siempre cantando, en las fotos no se nos ve mal nutridos. No me gustaba el Instructor, era como un sargento. Era temido entre los niños por su autoritarismo. Otro buen recuerdo es de un amigo que hice allí, del cual no recuerdo su nombre. Vivía la Colonia de los Tranviarios. Al poco de volver le hice una visita y desde entonces no volví a verle.Bueno, quería haceros llegar mis recuerdos a los que pasamos por La Sabinosa, como suele pasar, cada uno cuenta la feria según le va, que por lo aquí contado, nada tiene que ver unos recuerdos con los de otros. Los míos son buenos, y así lo digo.
Agradecer a Scila que haya creado este foro de debate y recuerdos para los que pasamos allí una parte de nuestra vida. Gracias, de corazón. 

Jesús, de la calle Porfirio.

7/1/09

Jesús Ibañez

Hola Scila. Respecto a las fotos, no tengo ninguna, con 12 años me fuí a Brasil con mi familia y aquí dejé todas mis pertenencias, a la vuelta partí de cero, en cuanto a objetos del pasado. Tengo vagos recuerdos de que estuve en el pabellón 2, pero de las señoritas, lo único que me recuerdo es que eran crueles a más no poder (creo que había dos, pues en el piso de arriba había otro pabellón), a la menor que hacíamos, nos ponían en fila, de manera que pasáramos por delante de ellas con los dedos de las manos en cucurucho y nos daban con un palo en las puntas de los dedos y si fallaban o desplazabas la mano, te daban dos o tres veces. Si recuerdo que en las salidas que hacíamos a diario, mi grupo era de los que tenía peor suerte, casi siempre estábamos sentados, con la cabeza entre las rodillas. 

A pesar de que era verano no nos dejaron bañarnos ni un día. Respecto al comedor lo recuerdo como un sitio infernal, pues las colúmnas que había en el centro de las mesas estaban llenas de moscas y, si te caía una en el plato, te lo tenías que comer, a parte de que la comida era ya vomitiva. En alguna ocasión a algún niño le hicieron comer incluso cuando había vomitado en el plato. Recuerdo que había un niño, que su familia le enviaba tebeos y nos los dejaba a cambio del culín de agua que nos daban en las comidas.
Por lo demás, corroboro los comentarios que han puesto algunos compañeros, lo del "vete puro nova" y "X días pa la vía" que cantábamos cuando nos cruzábamos con otro pabellón, lo de la peluquería, la enfermería y todas las perrerías que nos hacían. Es triste que en la memoria de una persona queden estos recuerdos de la niñez (que deberían ser los más felices de tu vida).

Jesús/

27/12/08

Más de Lorenzo



Por fin he conseguido unas fotografías (no ha sido fácil): en la 01 el de la Izquierda soy yo, a continuación mi hermano Pedro. En la 02 también soy el de la izquierda, a continuación un buen amigo "el flequi" (curiosa manía la de los apodos, no recuerdo el nombre de pila), en la 03 estoy en el centro de la segunda fila mirando a la izquierda, al final de la segunda fila (izqu.) "el negro", a mi derecha su hermano y en la primera fila, a la izqu. Raúl Romero.


Hay mucho para no recordar, mucho que decidí olvidar, ya apenas existe aquello "malo" que "me hicieron" aquellas mujeres, algo mas recuerdo de lo "malo" que hice, la verdad es que desde que empecé a tomar conciencia de la innombrable manipulación a la que nos sometían en la época, siento la necesidad de pedirle disculpas a un tal "negro" (está en la foto del grupo), reconozco que fuí cruel con él, cosas de chicos pero la crueldad con 8 ó 9 años también es crueldad, y nunca es tarde para pedir perdón. Así que desde aquí lo hago.
No estaría mal juntarnos algún día en aquel lugar, tal vez para exorcizar las miles de situaciones que nunca debieron haberse producido, ¿o si? 
Recuerdo un nombre Raúl Romero Altares, otro sin apellido Víctor, también tuve un socio que conoció los horrores sabinosos, Tomás Lara.

26/12/08

Lorenzo también pasó por allí







No se por qué razón, pero desde hace un par de días no paro de pensar en La Sabinosa, al dar con este blog me han invadido las sensaciones que recuerdo de aquel lugar, esa injusta condena dificíl de explicar, tal vez sea el momento de sacarlo fuera.

Siempre he dicho que prefiero tres años de "mili" de la de los ´70 que tres meses de preventorio. Sólo me quedan tres buenos recuerdos; algunos amigos, el chocolate, y el sabor de un bocadillo de pimientos fritos que les sacamos a unos turistas a través de una valla, en una tarde que nos escapamos de la siesta. 

Ciertamente es dificil de recordar. Si no me fallan los cálculos estuve en 1964 y 1965 (demasiado).

El primero por la izquierda Lorenzo, a su lado Pedro, el hermano.

15/12/08

Tomás estuvo allí

Me llamo Tomás y yo también estuve allí. Recuerdo que me enviaron al Preventorio en el Julio de 1965, tenía entonces 7 años. He leído el recorte de la Vanguardia de julio 1.965, y yo era uno de aquellos 50 niños. Mis recuerdos de mi estancia allí son horrorosos, y la recuerdo como una de las peores vivencias, no solo de mi niñez, sino de mi vida. 
Era muy pequeño y recuerdo pocas cosas, pero si recuerdo que la Srta. que “nos cuidaba” se llamaba Fermina y la llamábamos "Srta. Fermin". 
También recuerdo que cantabamos una canción que decía: "Ha venido Franco, ha tirado un cohete y a la Srta Fermin le ha dado en todo el chochete, que  tururú, que  tururú……".

Yo estaba en el Pabellon B que, creo, era el único al que se accedía subiendo unas escaleras, ya que a los demás, sin no recuerdo mal, entrabas directamente desde el patio y no había escaleras. La Srta. Fermin nos obligaba a dormir mirando hacia nuestro lado d
erecho, es decir, hacia el lado contrario de su dormitorio que se encontraba en la entrada del pabellón.             


Me acuerdo que una noche, mi compañero de la cama contigua, al que le llamaba Amador porque se parecía mucho a un chico de mi barrio que se llamaba así, me estaba dando golpecitos por la espalda y al volverme hacia él, vi horrorizado que la cuidadora, la Srta. Fermin, estaba allí de pié vigilándonos. No tardó en dirigirse hacía mí, se quitó la alpargata y me pegó una buena paliza con ella, golpeándome por todo el cuerpo, de tal forma que terminé sangrando por la nariz.
También recuerdo que, antes de salir de Madrid, me hice amigo de u
n chico que creo era de Segovia, o de Ávila, y tenía una pequeña cojera. Estuvimos muy unidos en los tres meses que allí permanecimos y me encantaría volver a contactar con él si llega a leer esto.
Mi hermana, enferma y hospitalizada en un sanatorio en San Rafael (Segovia), me envió por carta 25 pesetas de aquellas de billete, y así me lo decía en la misma, pero estas no se encontraban dentro del sobre que ya se habían encargado antes de abrir las cuidadoras.
Cuando estuve allí, a los novatos (creo que cada quince días llegaban nuevos grupos) les cantábamos "la made del PRE, la made del PRE", moviendo las manos hacia nuestro lado derecho, de arriba abajo, como si fuera una especie de danza.
Es curioso, pero siendo tan pequeño y en solo tres meses (fueron una eternidad), me acostumbré a sobrevivir en un ambiente sumamente hostil y horroroso para cualquier persona y más para un niño. Respecto a la comida, solo recuerdo los platos de sémola que nos daban casi todos los días. Por último, os envío dos fotografías, en una estoy con todo el grupo y en la otra con la Srta. Fermin en la famosa roca.
Ag
radezco a Scila la iniciativa de crear esta página en la que podemos dar a conocer a la gente lo que ocur
rió en ese lugar siniestro. Un abrazo muy fuerte para todos los que allí estuvimos. Tomás.

6/12/08

Los anónimos

Hemos dejado abierta la posibilidad de escribir un comentario en esta página a todo el mundo que desee hacerlo, sin necesidad de registrase, como hacen la mayoría de las webs. No obstante se hace imprescindible contar al menos con un correo, un email, que aún manteniendo ese anonimato nos permita responder cuando el caso lo requiera, lo que no es posible admitirlos es en los casos en que no se deja ni siquiera ese mínimo dato.
Rogamos por tanto a cualquier comunicante que nos deje su e-mail, su anonimato no sufrirá menoscabo por ello. 
Saludos y Felices Fiestas a todo el mundo.

1/12/08

Titular de Prensa

Remitido:

Gracias por hacer mención a mi "aportación" como "vecino". Únicamente puedo ofrecer mi ayuda por si alguno de ustedes, de vosotros, requerís de mi condición de Tarraconense para poder contactar con la Diputación por si alquien desea realizar alguna "visita" a lo que queda de ese lugar. 
Te adjunto en un archivo escaneado, aunque ya los debes de tener, un apunte en La Vanguardia sobre el tema. Saludos.
Gracias de nuevo por tu aportación- el adjunto recorte de La Vanguardia Española- que, en su edición del día 9 de Julio de 1965, publicaba este artículo que viene a aclarar dudas obre la "función" social, o represora, de La Sabinosa.
Aquí se habla de niños "convivientes" con enfermos de Tuberculosis en origen. Porque más allá de toda duda es evidente que los internos estábamos sanos y no fuimos tratados, médicamente, de nada. Respecto a las visitas, creo que todos las hemos realizado en distintas ocasiones y en el estado actual de ruina es peligroso aventurarse en el interior. Pero ahí queda tu ofrecimiento por si alguien quiere hacerlo.

Un cordial saludo/Scila.

30/11/08

Los vecinos

Hemos de agradecer el comentario de nuestro anónimo comunicante en el que insiste en aclarar que los vecinos del Preventorio (las escasas viviendas cercanas) desconocían el trato que recibíamos los internos. Por supuesto que entendemos, al menos a título personal, ese desconocimiento, como hemos afirmado en distintas intervenciones, las cuidadoras cambiaban de actitud si alguien ajeno a la Sabinosa se acercaba donde estábamos. Dejaban las palas y los gritos para hablar de los "pobres niños que les enviaban muertos de hambre y enfermedades desde Madrid" para ser cuidados.
Ni siquiera se nos ocurre pensar que eran tan crueles con los críos por ser catalanas (la mayoría), simplemente, en este tipo de establecimientos cuando no hay el debido control o sensibilidad hacia los niños, suelen generarse este tipo de mal trato, sea donde fuere, el ser humano es así, a veces.
Una vez más agradecemos su mensaje a nuestro "vecino" de antaño.


Scila/