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7/7/21

Un nuevo testimonio.

 

Recientemente se ha apuesto en contacto con el Blog A. Barcia para hacernos llegar un nuevo testimonio gráfico de su estancia en las colonias del Preventorio. Nos complace incorporar esta imagen, tan aparentemente bucólica, de unos niños tomando el baño en la playa de la Sabinosa, ajenos todavía a la dura realidad de los internos. 

Dado que el primer comentario de Barcia se publicó hace unos años nos parece oportuno recuperarlo de nuevo entrecomillado junto con la nueva fotografía. 

(Scila).

 07/07/2021 

A. Barcia: Hace tiempo conté mis vivencias en el "preve", ahora os mando estas fotos que encontré hace poco y por casualidad, yo soy el segundo por la izquierda.

 

15/07/2015

-"Hola me llamo A. Barcia y soy un Savinoso del año 1961. Mis recuerdos, con 10 años, no son muchos: primero el tren desde Madrid, viajamos de noche, durmiendo sobre una manta en el suelo del compartimiento o en los pasillos. Mi pabellón era el 8A, la señorita que tuve primero se llamaba Ana, ésta era de trato aceptable, pero se fue de vacaciones y vino la señorita Rosario: mala, mala, mala. Tal es así que, cuando he visto la foto de los compañeros con la cabeza en las rodillas, se me saltaron las lágrimas. El comedor, el recinto donde rezábamos el rosario- con cañas en el techo-, y tantas cosas mas que seguiré recordando".

-"Una cosa que recuerdo siempre por lo que me impactó en su momento, y el daño psicológico que me hizo, (que le hizo a aquel niño) fue cuando en los últimos días de estancia en el Preve, nos llevaban a Tarragona, para comprar los regalos a los familiares; unos cuantos no pudimos ir por falta de dinero, con lo poco que tenía un compañero me compró un llavero. Una vez en Madrid mi madre me dijo que me mandó dinero, 25 pesetas de la época, mas que suficiente para pagar el viaje en autobús y los regalos, pero ese dinero nunca llegó a aquel niño, ¿quién se lo quedó?: la señorita, que era la que repartía el dinero que nos giraban nuestros padres. En la próxima entrada intentaré ser mas positivo".

 A. Barcia/

4/7/21

Se aproxima el fin... de la pandemia

 

Eso esperamos todos, que ese ansiado fin del temor a contagiar o ser contagiados nos permita de nuevo ser nosotros, salir y entrar, viajar, movernos... vivir en definitiva, porque este encierro prolongado no beneficia a nadie.
En cualquier caso sabemos por experiencia que, aunque las estadísticas digan que vamos cuesta abajo, el riesgo existe y en cuanto celebran unos cuantos sus botellones o se apuntan a viajes de fin de algo los contagios aumentan exponencialmente y, el efuerzo y la paciencia empleados por la maypría para respetar las normas, nos puede parecer estéril, inútil.
De modo que vamos a disfrutar del tiempo, del verano y de la relajación de las normas anti Cobi, pero con la rfesponsabilidad y la sensated necesarias para no retroceder a las sitaciones de primeros de año o del pasado 2020. 
 
Sed felices.Un abrazo sabinosos.
/Scila.

2/3/21

Fede, sabinoso de 1.964

 


Hola sabinosos.

Me llamo Fede. Estuve en el Preventorio creo que el verano del 1.964. Tres meses. Vivía en Tetuán (Madrid), calle Huesca e iba al Colegio Nacional Víctor Pradera. 

Me acuerdo que iba  a pasar del cole de primaria al Instituto (de los pocos que pasábamos entonces, 5 de 40….el resto salía de la escuela a los 12/14 años) y mi madre acordó con el maestro retrasar un año el paso al Instituto porque volvería en septiembre, con el curso ya empezado. Creo que decían que valía la pena. Muchos recuerdos y sensaciones de aquellos tres meses. Bastante pena (sólo en el autocar que salía de Madrid, de la calle Fernando el Católico- creo- ya se me saltaban las lágrimas). 

Al llegar: uniforme y afeitado en la cabeza con mocheta en la frente. Los “veteranos” nos cantaban: ”Novatos del pre, novatos del pre”… al tiempo nosotros se la cantábamos a los que iban llegando. Ahora vivo en Vallecas, hace 20 años un vecino mío, me recordaba esa “canción” y lo mal que lo pasó. Se suicidó a los dos años de charlar sobre estos recuerdos.

Recuerdo que había un servilletero que era el responsable de repartir agua y no sé qué más  en las mesas del comedor. Recuerdo que la comida era asquerosa. A las “natillas” del desayuno las llamábamos Serrín. Recuerdo rosario diario con sus letanías  y todo por las tardes. Recuerdo que yo, me meaba en la cama todos los días y para que no se notase, por la mañana, cuando hacíamos la cama,  yo lo tapaba todo bien tapado. Un día que se meó el vecino, le pillaron y se reían de él, yo- cagado y mezquino- también. Este vecino, el pobre – se llamaba Andrés- lo pasaba fatal. Por las noches lloraba, creo que era huérfano, y decía: “Que estará haciendo mi tía en este momento”, yo no sabía que decirle. Recuerdo que a otro vecino, le llamaban el Profidén, porque se comía la pasta de dientes. Cantábamos por las tardes en un pinar que había cerca de los pabellones, recuerdo la de “Un flecha en un campamento, en la cama se meó...”, porque se dirigían a mi vecino que se había meado una noche (yo miraba al cielo para que no me pillaran... tenía el colchón empapado de tantos meados tapaditos).

Algún día íbamos a la playa. Nos ponían en fila. A toque de silbato entrábamos al agua y a toque de silbato salíamos. Venía alguna monja a estos eventos, creo.

Alguna vez vinieron mis padres de visita. Creo que no abría la boca en todo el día. Me traían unas empanadillas riquísimas de cabello de ángel. Dábamos un paseo. Años después creo que mi madre se arrepintió de haberme mandado al Preventorio. Tremenda experiencia para un niño de 8 años, tres meses en esa especie de campamento  militar, C.I.R.. Puede que haya generado algún tipo de defensa en mí. No lo sé. Lo que sí sé, es que tengo un recuerdo que me hace revivir malos, muy malos sentimientos.

Un domingo nos llevaron a ver al Gimnástica de Tarragona que debía ser el equipo de fútbol de Tarragona (la bomba). Otro día recuerdo ir con mis padres de visita a Tarragona.

Un abrazo sabinosos/Fede.

26/2/21

Fede, la última incorporación

 


 

Hola Fede, es un placer darte la bienvenida a este lugar de encuentro de los sabinosos, sean de la promoción que sean. Tienes el honor de ser el primero en presentarse este año de gracia de 2021 (?). Espero que nos cuentes tus recuerdos y anécdotas así como la aportación de las fotografías que conserves de la época.

Tanto el texto que quieras publicar, para que lo lean tus compañeros, como las fotos que desees publicar debes enviarlo al correo que ya tienes de: "scilas@gmail.com", luego se publicará en este Blog.

Lo dicho, bienvenido y recibe un fuerte abrazo de todos nosotros.

Scila/


Fede Martinez - Febrero 2021

Hola Scilas, soy Fede de Madrid. Estuve en la Sabinosa por 1.964 y al ver el blog, me han resurgido viejas sensaciones y recuerdos. Y una foto. Los quería compartir con vosotros, pero no sé cómo, no veo la manera  ¿¿??
En cualquier caso, gracias por la iniciativa
Fede





21/2/21

Seguimos vivos.


 Cada día se hace más difícil encontrar antiguos sabinosos, o son poco aficionados a usar la Red, o quizá en muchos casos ni siquiera utilizan Internet para buscar contactos con antiguos compañeros de su paso por el Preve. El resultado es que desde hace meses este lugar permanece en silencio por falta de nuevos colegas que nos dejen algún comentario o aporten fotos de la Sabinosa. Por que el sistema que gestiona el Blog está dando muchos problemas, falla con frecuencia y se pierden imágenes y comentarios.

De todas formas seguimos confiando en que de vez en cuando alguien nos sorprenda al encontrar reste lugar y nos regale su comentario. Un abrazo para todos los sabinosos.

21/4/20

La pandemia 2020


Se supone que también los sabinosos estamos en estado de arresto domiciliario como consecuencia de la pandemia del Corona Virus, razón por la que no se producen entradas en el Blog, pese a que la entrada y salida a Internet no está prohibida ni limitada, de momento.
 
Esperemos que esto pase pronto y podamos reanudar la rutina diaria en perfecto estado de salud, aunque eso sí, compartiendo en alguna medida ese brutal recorte del PIB que nos hará pasar unos años difíciles, parecidos si no peores a los que nos forzó la anterior crisis del cemento, de la banca y de la economía. Nos vemos pronto.
 

6/4/19

Alfonso von Suisse



Enero 25-2012

Entre los años 1952 y 1954, estuve dos veces en este Preventorio, sólo me quedan unos pocos recuerdos. Cuando nos llevaban a la playa y nos obligaban a permencer sentados en corro, y jugabamos con las tabas. Desde la llegada solíamos cantar los días que nos faltaban para volver a casa, con aquel soniquete: (5 días pa la vía ). 
 
 
Cuando pasabamos delante del viejo Zicuta, el peluquero, que nos pelaba casi al cero, entonces cantabamos: "¿Quién te ha cortado el pelo? ¡Zicuta el peluquero!
También me acuerdo de la cara de «Facha«  del Instructor que, algunas veces, con aires de Joaquin Blummen, nos hacía ejecutar una tabla de gimnasia, tan pobre era que consistia tan sólo en tres movimientos. Y, qué decir del cura que a mis ocho años me preguntaba si me la meneaba y, como no comprendía su pregunta me la repetia hasta que le contestaba en negativo, quizas sea la única vez que mentí a un confesor.
Aquello fue como los viajes, de ser perfectos, no tendríamos nada que contar a nuestros nietos.

Alfonso, desde Suiza.

17/2/19

Año Nuevo: 2019





Hola sabinosos. Desde hace años intento que este Blog se convierta en un punto de referencia para quienes sientan la nostalgia, o el deseo, de recordar en común qué y cómo fue aquél tiempo de permanencia en el Preve. A lo largo de esos años han pasado por aquí cientos de ex sabinosos, unos hablan con casi afecto y otros casi con odio de su estancia, del trato recibido y de las sensaciones que almacena su memoria. Todas las posturas y formas de recuerdos son legítimas y respetables, faltaría más. También nos han visitado personas muy variopintas y con objetivos diferentes, desde el copiar y pegar de textos, imágenes y comentarios para programas de radio o TV, hasta aquellos que, desde diferentes países, aterrizaron en estas páginas por pura casualidad y les enganchó la temática, los comentarios e imágenes que encontraron en el Blog La Sabinosa.
Tengo la sensación, en ocasiones, que el esfuerzo por mantener este lugar operativo no es compensado por el número de visitantes y la escasa participación de quienes nos encuentran por casualidad a través de Internet. Este tipo de Blogs resisten gracias a la gratuidad del soporte y de los servidores pero, a cambio, no tenemos prácticamente apoyo, ni recursos, cualquier problema se convierte en un mal funcionamiento que a veces lleva semanas localizar y reparar.Una vez más pido escusas por esos problemas que periódicamente pueden ofrecer una mala imagen del Blog, y muestran las carencias y escasos conocimientos con los que contamos para resolver y mejorar el aspecto y la calidad de esta modesta publicación.
Pero también espero que quienes nos visitan, al menos tengan dos detalles con nosotros: Uno, dejarnos un correo de contacto; otro, escribir una frase, un comentario que nos permita saber que alguien nos visitó y que nuestro esfuerzo por mantener vivo este lugar sirve de algo. Muchos de vosotros entráis, y os marcháis sin dejar ese mínimo detalle: el correo y un saludo, tan sólo eso.Estos días estamos intentando reparar daños como la desaparición de imágenes, o la alteración del diseño de las páginas, quizás cueste días lograrlo pero estamos en ello. 
Esperamos vuestro apoyo mediante esas visitas y el consabido comentario o sugerencias. 

Un abrazo/Scila

3/9/18

Una pequeña historia






Me llamo Miguel estuve en la savinosa el verano del 66-67, y 68. Recuerdo que lo que peor llevaba era la sed. Beber agua salada por las noches en el grifo del pabellón era insufrible y arriesgado, si me descubrían.

Nos duchaban las monjas con jabón de lagarto, éramos tan pequeños que nos decían que la colita servía para mirar, pero nosotros nos mirábamos y murmurábamos: sirve para otras cosas.

Una vez, un amigo mío estaba con fiebre en el comedor y devolvió la comida, le dieron una buena paliza y le obligaron a comerse lo devuelto.

Nos metían durante horas en una especie de plaza de toros y pasábamos todo el día en aquél sitio. Recuerdo que me asomaba por una ventana y por ella veía un acantilado y las olas. La comida era muy mala.

A mi me salían granos en las piernas y se me agarrotaban las piernas. Le escuché decir al médico que me vió que me dieran más y mejor de comer sino ocurriría lo peor. Se me saltan las lágrimas al recordar todo lo vivido en La Sabinosa. Les escribía a mis padres contando lo mal que lo pasaba pero, como luego supe, nunca llegaron tales cartas a sus manos.

Estos breves recuerdos son una denuncia para que nos levantemos todos los sabinosos y le contemos al mundo lo que allí pasaba. ¿Qué culpa teníamos nosotros para que nos tratasen de aquella manera?





















M. G. Jiménez - 30 agosto 2018.

27/12/17

Sesenta años después



 
 
Tras desear lo mejor para los sabinosos y sus familias en este cíclico evento de cambio de dígito, de cambio de año, no puedo evitar el recuerdo agridulce de aquellas navidades en la Sabinosa de finales de los años cincuenta, en las que el menú era algo más digerible de lo habitual, en especial el postre extraordinario: un trozo de carne de membrillo, tan dulce, tan suave al paladar y tan poco frecuente. 

También recordaréis algunos de vosotros aquellos juguetes, sencillos y simplones, que se nos entregaban para celebrar la llegada de los reyes magos y como al día siguiente se nos retiraban para guardarlos en el almacén para, al año siguiente, entregarlos a los nuevos internos.
Feiz Año Nuevo!
A veces me he preguntado con curiosidad sana cuántos años tendrían aquellos sencillos juguetes de madera pintada, o sin pintar, cuántas manos inocentes habrían acunado los regalos ignorando que, al día siguiente, volverían al polvo del oscuro almacenaje.
Felices fiestas y mis mejores deseos para el nuevo año, 2018, sabinosos.
Scila/

10/9/17

Otro nuevo sabinoso - 09-09-2017





Hola "Sabinosos", me llamo Alfonso Manuel, hace un tiempo hice una introducción como inicio de una posterior entrada con fotos y con los recuerdos un poco ordenados.

Mis primeros recuerdos son en la estación de Atocha, todo eran buenas palabras de las "señoritas" que nos cuidaron hasta llegar al "preventorio", (así lo llamábamos), pero... una vez que perdimos de vista la estación, todo se volvió gris, recuerdo que aquella noche dormimos donde podíamos, unos en el suelo del pasillo, otros en los departamentos de aquellos trenes con los asientos de madera, incluso hubo quien durmió en el porta equipaje que había encima de la puerta.
Una vez en el "Preve", mis recuerdos son muy salteados, pues creo que fué el verano del 62, cuando pasé allí mis vacaciones.
Los primeros días los pasé sin ningún "sobresalto", pues con mi primera señorita, Ana, así se llamaba, lo pasamos bien, pero se marchó de vacaciones a los pocos días de llegar, y llegó la "madrastra", señorita Rosario, según mi opinión, resentida, injusta, ruin, dañina, en fin, mala persona. Con su llegada empezaron los largos recreos con los brazos en la rodillas y encima la cabeza, en las comidas, mi compañero, (recuerdo que le llamabamos, Mobi Dic por su robusted y su blanca piel), devolvía con frecuencia las comidas y la seño, se lo metia a la fuerza en la boca. Efectivamente allí se jugaba mucho a las tabas y ésta no nos dejaba hacerlo, la molestamos, era más cómodo para ella tenernos con la cabeza en las rodillas.

Recuerdo lo de "novatos del pre", el rosario diario, (todavía me acuerdo). Lo de los paquetes, que no nos llegaban. Y sobre todo lo que me hicieron cuando estábamos a punto de volver a casa, tenían la costumbre de llevar a los niños a Tarragona para comprar los recuerdos, primero tengo que decir que el dinero lo manejaba ella, pero había que tener una cantidad mínima, creo que era de diez pesetas, yo sólo tenia siete, y por lo tanto me dejaron en el pabellón, junto con algún otro niño, mi sorpresa fue que, al llegar a casa y decirme mi madre que me había mandado 25 pesetas, de la época, dinero que nunca ví. ¿Quién se quedó con el dinero de aquel niño? Y no sólo con el dinero sino también con la ilusión de haberle llevado un recuerdo a su madre y a sus hermanos. 

A.M.
Saludos, si mis hijos me uyudan os mandaré dos fotos que tengo de allí.
Alfonso B.