Todo depende del cristal con que se mire. Hace un tiempo contactó con el Blog, y conmigo, una persona que vivió directamente, tan directamente como nosotros, aquella época del Preventorio, los años finales de los cincuenta y los inicios de la década de los sesenta. Una persona que apenas tenía cuatro o seis años más que los niños más mayores y sin embargo tenía a su cargo un grupo de chavales como si de un adulto se tratase. Para aquella mujer, apenas una niña algo mayor que nosotros, ha debido ser un trauma encontrarse con nuestras historias, nuestros recuerdos, que seguramente nada tienen que ver con los suyos. Ha sido un descubrimiento que agradecemos porque nos permite el contacto con una realidad más cierta seguramente que los dudosos recuerdos de unos críos desmemoriados. Confiamos en mantener un diálogo con esta persona que nos arroje luz e información sobre tantas zonas oscuras del día a día del Preventorio. Agradecemos muy sentidamente que haya tenido la valentía de acercarse a nosotros, de escribirnos e incluso de enviarnos algún documento gráfico, como esta hermosa fotografía que incluimos, en la que queda de manifiesto aquella forma tan peculiar de "pasear" por el monte o por la playa, "sobre el propio terreno", con la cabeza entre las rodillas hasta la hora de volver. Sin rencor, gracias por habernos encontrado.
18/1/13
1/1/13
De nuevo Tomás
Hola Scila: te envio una nueva foto que he localizado en casa de
mi padre. Debe estar tomada en Marzo o Abril de 1.958. No recuerdo el nombre de los
niños que nos acompañan a mi hermano José y a mí (mi hermano es el segundo
por la izquierda y yo el que estoy a la derecha al lado de la roca), por lo que
estaría encantado de saber algo de ellos y, al mismo tiempo, comparar nuestras
vivencias.
Observo, por la foto de Fernando de Tarragona, que debía
haber más de una señorita Emilia. Pienso que eso puede explicar que yo hablara
bien de la que me tocó en suerte y Fernando y algún otro compañero, mal de la
que les tocó en desgracia a ellos.
Aprovecho para desearos a todos los Sabinosos un ¡MUY FELIZ
2,013!
Un abrazo.
Tomás M.
21/12/12
Adios al 2012
Dadas las fechas en que nos hallamos, y siguiendo en este
mundo, (pese a lo agorado por los magufos de costumbre) me gustaría
mandar una felicitación a todos los amigos Sabinosos, para ello quisiera insertar una fotografía tomada desde el telescopio espacial Hubble, que corresponde a las galaxias NGC 2207
(la mayor) e IC 2163 (la menor). Representan la unión de dos
grandes conglomerados estelares que seguramente estén mucho más unidas
de lo que se ven en las imágenes, la distancia hasta la Tierra es de 80 millones de años
luz, es decir, lo que ahora vemos ocurrió hace 80 millones de años.
Compañeros
Sabinosos, os deseo a todos un venturoso y mejor año
próximo que este desdichado que nos deja, pero que por encima de todo la
amistad y la unión se fortalezca de modo semejante a lo que hacen estas
lejanas galaxias.
Felices fiestas a todos.
C. de Luís.
5/11/12
Jaime
Leyendo el domingo el Diario local
“EL SEGRE” de fecha 28 de Octubre 2012, encontré en su interior, y en las páginas 48 y 49, una noticia que
titulaba, las “VACACIONES DEL MIEDO”.
“Los
centros de prevención de enfermedades, infundían terror a los niños que iban” escrita por E. Farnell, de la Localidad Leridana
de Balaguer, y además el relato de un Savinoso,
que estuvo en el año 1959 en el preventorio y que su estancia él la califica
como “Estancia traumática” manifestando que el centro era un correccional, y
que el Mar lo vio de lejos, que tenían
que jugar sentados y de cuclillas y de
que si corrían eran castigados, duchas de agua fría y salada, comida
desastrosa, falta de agua para beber. Y que con otros compañeros planearon una
fuga en tren que no llego a efectuarse, y que el castigo fue limpiar los
servicios a mano y de rodillas. En definitiva una narración escalofriante. Que
me ha llevado a escribir mi versión de mis estancias en los años 1956 y 1957 (a la edad de 6 y 7 años) en los meses Junio, Julio y Agosto de los mencionados
años.
Recuerdo
que los viajes los realizábamos en ferrocarril, y que el viaje se hacia
larguísimo, partíamos a primero hora de la mañana y duraba una cinco horas para
recorrer un centenar de kilómetros, con paradas en todas las estaciones que
había en el recorrido y, llegados a la de Tarragona, nos recogía en la estación
un empleado de la “Savinosa”
y nos transportaba al Centro en una furgoneta tipo ranchera preparada para el
transporte de viajeros, llegados al mismo éramos recibidos por el Director del
Preventorio (un Sr. que me parecía muy alto y con un poblado bigote, creo
recordar y el color de pelo claro algo rubio) y por las cuidadoras, delante del
pabellón de planta baja, en el que más adelante, cuando hacia mal tiempo nos
recogíamos y en el cual jugamos. Yo aprendí los movimientos del Ajedrez,
también pude asistir a alguna sesión de
cine, (recuerdo vagamente la de un Chino con largos Bigotes era una película
de Mandarines), y cuando llegábamos y
nos trasladaban a los pabellones éramos recibidos por los “veteranos, con los típicos
cantos de “Novatos del Pre.”
Eso fue el primer año, al segundo ya les respondí marchando al pabellón con el típico “Vete puro Nova”. Los dos años fui
instalado en el Pabellón Central, (viendo el pabellón de frente), en la primera planta y en el ala de la izquierda, Grupo 3-B y como educadora la Srta. Katy, de la que
guardo un muy grato recuerdo. Tras la instalación y la correspondiente entrega de la ropa,
comenzaron las actividades rutinarias de todos los días, paseos por los
alrededores, juegos (tabas, con la cuerda haciendo figuras con las dos manos,
pasando al compañero, ajedrez, baños en la playa. Yo diría a diario, ver algún partido de
futbol, en el Campo del Preventorio, y también tengo el recuerdo que nos llevaron al Campo de Futbol del Gimnástico
de Tarragona en el mes de Septiembre a ver un partido de Futbol, y me vaga por
la memoria que también nos llevaron a ver una corrida de Toros (en esto tengo dudas). Con
respecto a la comida, sí recuerdo que la encontraba diferente a la que daban en casa (más adelante, pasados
varios años comprobé que era igual que la del Servicio Militar) y que no nos estaba permitido dejar nada en
el plato, también recuerdo los famosos
vasos de aluminio que dejaban mucho que desear, pero la higiene en los
comedores era, para mí, creo que correcta, y si estabas enfermo tenían
una enfermería en la cual estuve ingresado un par o tres de días.
Recibí
la visita de mi padre una vez cada año, que aprovechaba alguna oportunidad del
algún viaje para visitarme.
En
definitiva, mis estancias no fueron traumáticas, si no más bien una vacaciones
en compañía de otros niños. Eso sí, a esa edad costaba al principio un poco por
la añoranza de la familia, pero que fueron suplidos por los cuidados de mi
estimada Srta. Katy.
Os
ajunto una fotografía que conservo, con alguno de mis compañeros del año 1956,
tengo alguna más pero nunca se me había pasado por la mente que tendría que
usarlas, pero las buscaré y las enviaré.
Por motivos laborales he pasado
infinidad de veces por delante de las instalaciones y, una vez que intente
adentrarme, no fui capaz de hacerlo al ver el estado de deterioro en que se
encuentra, prefiriendo recordarlo como lo tenía en mi mente.
Recibid un fuerte abrazo de un Savinoso.
30/10/12
sabinoso- Rafael G.
¡Hola a todos
compañeros!
Me llamo Rafael G., tengo56 años y también pasé lo mío
en la Sabinosa en el verano de 1966, cuando tenía 10 años. Multitud de
recuerdos me han venido a la memoria al empezar a leer vuestras historias, tan parecidas y,
lamentablemente, tengo que decir que no son nada agradables.
Recuerdo que estaba en el pabellón núm. 9 y que contaba todos y cada uno de los días que me quedaban por pasar allí, antes de volver a casa.
Recuerdo que estaba en el pabellón núm. 9 y que contaba todos y cada uno de los días que me quedaban por pasar allí, antes de volver a casa.
No voy a contar nada diferente de lo que ya habéis
contado: insultos, palizas, ver el mar y casi ni acercarte… Pero sobre todo
recuerdo dos cosas, la paliza que me dio una tal señorita Paula con una
zapatilla por moverme una tarde durante la siesta y, como me deshacía cuando
podía de la espantosa comida, volcándola en el plato del pobre chico que se
sentaba a mi lado en el comedor.
Muchos años después de que pasara todo aquello, pasé unos
días de veraneo cerca de Tarragona y no quise quedarme sin saber si, todavía,
seguía estando en pie el Centro,”
bates”, del que tantas veces había hablado a mi mujer y mis hijas en tono humorístico, recordando el
aspecto lúgubre del motel de la película
Psicosis, y les llevé a conocerlo. Lo encontramos por supuesto cerrado y casi
abandonado pero, me trajo muchísimos recuerdos de todo lo vivido siendo un
chiquillo.
En fin, me alegra compartir mi trocito de historia con
vosotros y espero, al menos por lo que a mi me tocó vivir, que todos los que
participaron en crear aquel infierno lo hayan pagado de alguna manera en la
vida.
Os envío una foto de los compañeros de módulo, yo soy el que
sale al lado de la señorita, creo recordar que la llamábamos “Jori” y, no la
recuerdo como una de las peores.
Aprovecho la ocasión para felicitar a Scila por el blog y,
os envío un afectuoso saludo a todos los sabinosos.
Rafa G.
Rafa G.
28/10/12
Carabanchel - Francisco G.
Hola Scila,
Mi nombre es Francisco y estuve con mi hermano en
La Sabinosa de abril a junio de 1962. Viviamos en Carabanchel bajo y fuimos por
mediación del director del colegio San Francisco Javier (Don Julio).
Tenia 9 años y mi hermano 7. Allí hice la comunión
(te envio un recordatorio), y ese dia nos dieron una comida especial a los
niños que hicimos la comunión.
He visto la fotografía de Joaquin y estamos mi
hermano y yo en ella, somos el primero y segundo de la primera fila empezando por la
izquierda que estamos sentados.
Me hizo mucha ilusión el ver la fotografía ya que
no tenia ninguna de mi estancia en La Sabinosa. He leido todos los comentarios de los compañeros y
me han venido muchos recuerdos a la memoria. Recuerdo que todos los dias ibamos a rezar el
Rosario a la Capilla y teniamos que decirlo en Latín. También como comentan los
demás me acuerdo del "serrin", en general toda la comida era una
porqueria. Por eso cuando nos llevaban de paseo comia las algarrobas que iba
encontrando por el camino. Aparte de esto no recuerdo claramente que la
estancia fuera tan traumática como cuentan algunos compañeros.
Creo recordar que el pabellón donde estábamos era
el 1ºB y la señorita que nos cuidaba se llamaba Matilde. El director del Preventorio
iba siempre con un perro lobo y en la mano llevaba un gran manojo de llaves. Nos llevaban a la playa para jugar haciendo barcas
y figuras con la arena pero no nos dejaban bañarnos. Poco antes de regresar para Madrid nos llevaron a
Tarragona a comprar regalos para la familia.
También te envio la ficha de las vacunas,
recuerdo que nos pusieron muchas y eran muy dolorosas.
Si encuentro algún documento más te lo enviaré. Seguiré leyendo todos los comentarios de lo sabinosos.
Un Saludo.
26/10/12
Otro "niño" sabinoso- Rafael S.
Mi nombre es
Rafael S., soy de Madrid y vivo en el barrio de Hortaleza, tengo actualmente 60
años y estuve en el preventorio tres meses de verano en el año 1960 (donde hice
la comunión obligatoriamente por tener 8 años, sin nadie de mi familia
lógicamente) y posteriormente en 1962. Me consta que fueron esos años porque
soy muy futbolero y recibia el MARCA que me enviaba mi padre (ante la extrañeza
de las censuradoras) y se jugaba el Mundial de Chile en 1962.
La curiosidad ha
hecho que mi memoria se reactivara y que volvieran a mi recuerdo el 90% de las
cosas que cuentan en el blog otros niños de entonces: el punto de salida de
Andrés Mellado camino de la estación del Norte, el trayecto en en el tren
tumbados debajo de los asientos 12 horas sin poderte mover (algún pescozón de
alguna señorita cuidadora me llevé por asomar la cabeza), la imagen de
recibimiento de otros niños veteranos con la estrofa de "novatos del pre,
novatos del pre" o "10 dias pá la via" y la canción de "con
los macutos del patronato..." cuando nos quedaba poco para volver, la sopa
de serrin, los vómitos, el medio vaso de latón renegrido de agua potable para
comer y otro tanto para cenar, el ir a la playa a bañarnos medio desfilando, la
censura de las cartas enviadas y recibidas, la obligatoriedad diaria de 3 horas
de siesta en una misma posición sin moverte, la letania diaria, el juego de las
tabas y para final las vacunas de todo tipo: lenteja, cruz del patronato,
rayita..., en fin una serie de disciplina muy particular y por supuesto acorde
con la época en la que sucedió.
A través de los
medios hemos visto en un sentido u otro diversas opiniones y pareceres de niños
que estuvimos allí. Yo personalmente no puedo decir que me haya quedado
traumatizado, pero el ánalisis que hago es que de pequeños somos como esponjas
que todo lo absorbemos porque si no hubiera sido así yo no habría vuelto, aún
entendiendo que debemos dar gracias a nuestros padres por hacer que sus hijos
"disfrutaran de vacaciones en el mar", al mismo tiempo que digo que
las vivencias de cada uno no son iguales en el tiempo para los demás ya que
aquellos malditos pabellones estuvieron abiertos desde mediados de los años 40
hasta rebasados los años 70, lo cual nos debe llevar a pensar que efectivamente
hubiera niños que lo pasaran bién.
Lamento no poder
aportar fotos, pero curiosamente hay un sabinoso llamado Fernando R. que aporta
una foto de grupo de la cual mi mente reconoce 3 caras al menos, lo que me
lleva a una confusión de años ya que dice tener 54 años y haber estado ene los
año 65-66, dato que evidentemente no concuerda con mi estancia allí.
No quiero
extenderme más y aunque el dicho dice que el estar recordando cosas es de
mayores, me gustaria intercambiar esas vivencias con quién lo desee.
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