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26/5/09

La memoria fotográfica




foto cedida por LA de León.

Parecíamos los niños de Biafra o Etiopía.
Scila/

La memoria fotográfica





Foto cedida por JA de León.


Estas parecen las imágenes del famoso pesaje semanal, había que engordar, o la cuidadora perdía su supuesta gratificación. Prohibido vomitar, o te lo comes.¡Chaval, no estás autorizado a perder peso!
Scila/
foto cedida por Juan A.


Las ordenadas huestes de niños salen a "jugar" a la playa, cruzando el muro del Preventorio. ¡Qué inofensivo parece ahora!, medio derruido. Pero que terrorífico nos parecía entonces.

Scila/



La memoria fotográfica



Esta era una hora, las cinco de la tarde, en la que unos lloraban con la carta de sus padres y otros lloraban por no recibirla...


foto cedida por Juan A. de León.

6/5/09

En qué terminará?



Parece que hace años se abrió un debate más bien local sobre el destino de la península sobre la que está construido el Preventorio de La Sabinosa. Unos querían un complejo hotelero (miles de millones de inversión y de beneficios) otros optaban por la transformación en un centro cultural, formativo, de interés público.

El debate debe seguir soterrado y sin decidir mientras todas las edificaciones amenazan ruina inmediata. La Diputación quizás ha hecho un ejercicio inaudito de irresponsabilidad dejando que se llegue a tal punto de ruina que habrá que meter las excavadoras antes de que caigan las ruinas sobre algún curioso, o descubridor de fantasmas, de los muchos que se adentran- con riesgo cierto- en las lúgubres estancias del campo de concentración infantil.

30/4/09

Insistimos

Hoy nos llegó un texto anónimo de alguien que dice haber visitado recientemente La Sabinosa y haberse asustado de lo que vio, o intuyó. Nos pide información y aclaraciones sobre el lugar y su historia, información que le podemos ofrecer sin ningún problema, siempre y cuando tenga la amabilidad de identificarse, al menos con un correo, ¡qué menos!

5/4/09

Anónimos

Hoy nos llegó un texto anónimo de alguien que dice haber visitado recientemente La Sabinosa y haberse asustado de lo que vio, o intuyó. Nos pide información y aclaraciones sobre el lugar y su historia, información que le podemos ofrecer sin ningún problema, siempre y cuando tenga la amabilidad de identificarse, al menos con un correo, ¡qué menos!

3/4/09

Respuesta al comentario de Jesús

Tienes razón, es muy complicado encontrar a alguien tras tantos años, pero sigue llamándome la atención que, de entre los reaparecidos, nadie sea del grupo de nadie.
En cuanto a cómo nos fue la feria a cada uno, es también muy habitual que eso ocurra. Había, sin duda, cuidadoras "normales", si tuviste la fortuna de caer con una de ellas, pues sin malos tratos las cosas cambian mucho. Ten en cuenta que el mero hecho de estar a cientos de kilómetros de las familias para muchos ya era algo doloroso, si se le suman los castigos físicos, la mala comida, el pánico al instructor- imagínate a los que les tocó comerse su vómitos, qué recuerdos pueden tener- si eras uno de los meones... todo eso se iba sumando y terminaba por ser una situación terrible.
Pero evidentemente cada quien cuenta la feria como le fue y no me parece nada extraordianario que, como tú, haya otros críos que volvieron satisfechos de su estancia allí, les fue mejor que a la mayoría por las circunstancias que fueren. Y es comprensible que te sorprenda leer lo que aquí se dice, tanto como a nosotros saber ahora que había compañeros que no lo pasaban mal del todo.
Bueno Jesús, que espero verte por aquí más a menudo. Un abrazo.

Scila/

1/4/09

A cuenta gotas

Con lentitud pero, gota a gota, los ex sabinosos van acudiendo al Blog. Curiosamente a pesar de la veintena de compañeros identificados nadie recuerda a nadie. La explicación es fácil, fuimos miles los que pasamos por aquel lugar siniestro y es comprensible que sea casi una lotería coincidir con gente del mismo año y en el mismo pabellón. La incomunicación- inexplicable- a la que nos sometían impedieron que nos conociésemos unos grupos con otros.

De todas formas, el Blog está ahí, una puerta abierta al reencuentro con la Sabinosa, con el Preventorio o, campo de concentración infantil, como algunos lo llamábamos. Invito a cualquiera que lea este blog y haya estado en la Sabinosa, o conozca a alguien que estuvo, que nos deje su comentario y un correo de contacto.

Salu2/Scila

14/2/09

Patricio y José, los gemelos





Hola de nuevo Scilas, he encontrado dos fotografías de nuestro paso por la Sabinosa que te adjunto para su incorporación a la página. Nuestra experiencia, la de mi hermano Patricio y mía (somos gemelos) no las recordamos con claridad, nos habíamos olvidado de tantas vejaciones, no hemos hablado mucho de aquello pero al entrar en tu pagina nos pusimos a recordar: nuestros recuerdos empiezan en la Plaza de España, con la vacunación y después ese terrible viaje en los trenes de madera, un larguísimo viaje tirados por los suelos, llegamos negros por el humo de la máquina. 
Recuerdo la primera vez sentimos terror al vernos en aquel lugar, sin saber porqué las Señoritas nos trataban sin consideración a unos niños que teníamos siete años. Recuerdo que nos pasamos la noche llorando y llamando a nuestra madre. El primer año vino nuestra madre a vernos y las Señoritas parecían muy amables con nosotros, pasamos la tarde en la playa con mi madre, sin dormir la siesta y cuando se fue nos dijo que como el tren pasaba por la playa estuviéramos atentos que nos diría adiós, pues bien, cuando volvimos al pabellón y mi madre se fue nos dijo la seño que estábamos castigados y que pasaríamos el resto de la tarde sentados con todos los chicos en la playa pero nosotros estaríamos de espaldas a la vía y con la cabeza entre las piernas con lo cual oímos pasar el tren pero no pudimos decir adiós a mi madre esto nos pareció muy cruel.
He leído testimonios de los que pasaron por allí pero hay cosas que no logramos recordar, éramos muy pequeños. No recuerdo que rezáramos el rosario, sí recuerdo que estábamos todo el día sentados, en el solarium, jugando a las tabas, tirando chinas para arriba y cogiéndolas con la mano, nos hicimos expertos.
Recordamos el comedor como un suplicio, la comida era asquerosa y, efectivamente, si vomitabas tenías que volver a comértelo. A mi hermano le obligaron a comerse su propio vómito y, como no había forma de hacérselo comer, la señorita le dio un puñetazo en plena cara, ocasionándole una hemorragia nasal y le llevaron a la enfermería. Yo me quedé esperando en un estado de ansiedad terrible.
También tenemos buenos recuerdos, como los pocos baños en el mar, los paseos por la playa larga y la montaña. Y un par de salidas a Tarragona en Domingo a ver una novillada y un partido de fútbol. No recuerdo el nombre de ningún compañero, sólo el apodo de uno de ellos: “MECON”. De las señoritas no acordamos nombre, excepto una que se portó con nosotros de maravilla, la señorita Clara.
Hacer las necesidades era un suplicio, todo el día con ganas pero no nos daban tiempo para ir al servicio y durante el día no estaba permitido. Nos levantábamos por la noche- a escondidas- para poder evacuar. A pesar de todo nos quedamos con los buenos recuerdos. De aquella época nos han quedado tres olores: el del comedor, la playa, y el monte.
Somos de Madrid, de Cuatro Caminos. Un saludo afectuoso a ti y todos los Sabinosos.