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5/6/08

Con retraso


Texto y foto remitidas por Joan, de Valencia, por un extraño error de la web no estaba visible a pesar de haber sido colgada en Octubre.
Recuerdo perfectamente la playa de la foto, donde nos llevaban a pasear de vez en cuando. La verdad es que no recuerdo mucho, o quizá solo recuerdo lo malo. Te cuento. Era el año 57 a finales de octubre, despues de la riada, yo tenia 9 años y me enviaron a la Sabinosa junto a dos de mis hermanos on la intención de evitarnos "el dia después"(barro, animales muertos, etc). El primer recuerdo: ducha colectiva con agua fria, todos en cueros y tiritando, eramos crios entre 6 y 16 años, corte de pelo a lo marcelino, dormitorio colectivo de 30 o 40 camas tipo nave industrial. Mi hermano pequeño (6 años) se meaba en la cama algunas veces, por lo que era reprendido severamente con gritos y cachetes. Mi hermano intentaba defenderlo, pero no teniamos mas remedio que callar y tragarnos la rabia que sentiamos hacia aquellas "cuidadoras". En especial recuerdo a una que era una mala bestia (fornida, grande, pelo recogido con topo. De la comida no recuerdo mucho. Supongo que como era una epoca de hambruna lo importante era llenar el buche. Los demas recuerdos son mas difusos: mandarnos a formar por la visita de algun capitoste, los partidos en el campo de futbol, los paseos por la playa...Al cabo de un mes aprox. vinieron nuestros padres avisitarnos y recuerdo vagamente que aquello no les gusto.No se si en ese mismo viaje nos sacaron de alli o fué a la semana siguiente. Adjunto foto del grupo que fuimos en ese turno, espero que alguien se identifique en ella.
Un saludo de Joan
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4/6/08

Nueva foto (1966)


Foto cedida por José A. Obtenida en La Sabinosa en 1.966.

Muchas cosas habían cambia en diez años (1956-1966), sin embargo el aspecto que teníamos de niños mal vestidos, tercermundistas casi, mal alimentados y sufriendo la afrenta del dichoso mechón de pelo sobre la frente, cual indios de la tribu de los Iroqueses, eso no había cambiado.

Un nuevo compañero


Hola me llamo José A., tengo 50 años, y yo también estuve en la Sabinosa, en el año 1966. Estuve 6 meses y pasé las navidades allí.
Recuerdo que en la estación de Atocha (Madrid) había mucha gente y el tren tenia los asientos de madera. El viaje fue muy incómodo y largo. 

Una vez en el Preventorio nos llevaron al ropero y nos repartieron parte de la ropa, puesto que la ropa interior la llevábamos de casa, con nuestras iniciales.
Nos vacunaron, y esa fue una de las imágenes que me marcó más, nos vacunaban con una especie de pluma y nos hacían mucho daño. Había mucha disciplina aunque recuerdo que la señorita que teníamos asignada era muy cariñosa. 

Nos llevaban a la playa, a Tarragona, al campo de fútbol del Tarragona y a los toros, aunque a los toros yo no pude ir porque no había abrigo de mi talla. El café del desayuno era malísimo, todos los niños cuando escribíamos a nuestras familias les pedíamos que nos enviasen en un paquete cola-cao para mezclarlo con el café.
El comedor lo recuerdo con muchos niños y unos ventanales muy grandes por donde veíamos pasar los barcos. Mi estancia allí me pareció muy sombría. Los comentarios, en su mayoría, no son muy favorables. Los niños de la clase trabajadora hemos sufrido esos maltratos físicos y psíquicos hasta la llegada de la democracia.
Os envío un saludo y 2 fotos que conservo de aquel viaje.
José A./

2/6/08

Soy Pedro... (II)

Una vez en el Preventorio fuimos asignado en grupos de treinta, más o menos, a las distintas cuidadoras (malvadas solteronas, crueles y maltratadoras), a la mayoría ya las conocíamos del viaje desde Madrid.
Pasamos por el almacén donde nos entregaron el uniforme consistente en un pantalón gris con peto, camisa caquí de verano, jersey gris y la capa para días lluviosos o invernales. 

El uniforme era algo distinto según fuese invierno o verano. Una vez disfrazados parecíamos todos soldados en miniatura. Previamente pasamos por las asquerosas manos del “Cicuta”, un vejete famélico, sucio y maloliente que nos colocaba formando cola bajo la escalera pegados a la pared y, mientras nos rapaba la cabeza al cero- excepto el ridículo penacho sobre la frente- nos sobaba de forma más o menos evidente, arriesgándose a una denuncia de los chavales que, por ignorancia o e temor a no ser creídos, callábamos.
Otro paso obligado era la enfermería, la señorita enfermera (creo que se llamaba Toñi) nos aplicaba todas las vacunas habidas y por haber. De una de ellas, la que hacían con una plumilla tengo, como todos los demás, un par de cicatrices imborrables en el brazo.

29/5/08

Soy Pedro, y también estuve allí.

Hola, chicos del “Preven”, soy Pedro, yo también estuve allí. Ante todo gracias a Scila por darnos la oportunidad, al crear esta página, de expresar y difundir nuestros recuerdos sobre malos tratos físicos y las vejaciones por las que pasamos cuantos estuvimos allí y que, durante tantos años, hemos callado.
La existencia de esta página nos permitirá conocernos y dejar en ella los recuerdos de nuestro paso por aquel lugar- hermoso lugar- y al tiempo tan horroroso. Yo estuve en cuatro ocasiones y en dos de ellas me forzaron a repetir con el pretexto de no haber dado el aumento de peso necesario (si lo llego a saber habría engordado).
Nuestros padres nos mandaban allí, sin saber los pobres a dónde nos mandaban, pensarían que aquello era el paraíso: Sol, Mar, Playa y Montaña, algo que en aquella época ellos no podían darnos.
Tengo 59 años y comencé a ir al Preventorio con 6 años (1955). El infierno comenzaba en las pruebas que nos hacían en el Dispensario de la calle Andrés Mellado, en Madrid. Al poco tiempo nos llamaban y teníamos que presentarnos en la estación de Atocha, recuerdo con qué alegría nos despedíamos de padres y hermanos creyendo que íbamos al paraíso. 

Nada más subir al tren aparecían las señoritas, con togas blancas, batas azules y delantal blanco con peto y tirantes. Bordada llevaban una cruz de dos brazos en rojo (la cruz de Lorena o Caravaca). De entrada nos impedían asomarnos a despedirnos de la familia. Ya en marcha desaparecieron las sonrisas y los modos corteses. Comenzaron a sonar las primeras bofetadas, insultos, pitidos con los silbatos y las primeras vejaciones delante del resto de compañeros.
(continuará)

23/5/08

Quienes son...?


Foto cedida por Pedro A.

Comedor


Foto cedida por Pedro A.

Anónimos


Foto cedida por Pedro A.

18/5/08

Encuentro





Por fin tuvo lugar el primer encuentro de ex sabinosos, alguno no pudo llegar pero al menos dos estuvieron en el aplec.
Scila y Juan A., en la Ciudad de las Ciencias. Valencia.

Van llegando






Tenemos un nuevo contacto, Pedro A., procedente de Madrid y que, según cree, estuvo en varias ocasiones en el Preventorio. 
Proximamente contaremos con sus recuerdos escritos y fotografías de su estancia en la Sabinosa, si localiza esas fotos de archivo que tanto nos agrada encontrar cincuenta años mas tarde. Confiamos que no sea el útimo, que poco a poco vayan apareciendo más ex sabinosos, fuimos miles.