Archivo del blog

23/5/08

Anónimos


Foto cedida por Pedro A.

Anónimos


Foto cedida por Pedro A.

Anónimos


Foto cedida por Pedro A.

18/5/08

Encuentro





Por fin tuvo lugar el primer encuentro de ex sabinosos, alguno no pudo llegar pero al menos dos estuvieron en el aplec.
Scila y Juan A., en la Ciudad de las Ciencias. Valencia.

Encuentro





Por fin tuvo lugar el primer encuentro de ex sabinosos, alguno no pudo llegar pero al menos dos estuvieron en el aplec.
Scila y Juan A., en la Ciudad de las Ciencias. Valencia.

Encuentro





Por fin tuvo lugar el primer encuentro de ex sabinosos, alguno no pudo llegar pero al menos dos estuvieron en el aplec.
Scila y Juan A., en la Ciudad de las Ciencias. Valencia.

Van llegando






Tenemos un nuevo contacto, Pedro A., procedente de Madrid y que, según cree, estuvo en varias ocasiones en el Preventorio. 
Proximamente contaremos con sus recuerdos escritos y fotografías de su estancia en la Sabinosa, si localiza esas fotos de archivo que tanto nos agrada encontrar cincuenta años mas tarde. Confiamos que no sea el útimo, que poco a poco vayan apareciendo más ex sabinosos, fuimos miles.

Van llegando






Tenemos un nuevo contacto, Pedro A., procedente de Madrid y que, según cree, estuvo en varias ocasiones en el Preventorio. 
Proximamente contaremos con sus recuerdos escritos y fotografías de su estancia en la Sabinosa, si localiza esas fotos de archivo que tanto nos agrada encontrar cincuenta años mas tarde. Confiamos que no sea el útimo, que poco a poco vayan apareciendo más ex sabinosos, fuimos miles.

Van llegando






Tenemos un nuevo contacto, Pedro A., procedente de Madrid y que, según cree, estuvo en varias ocasiones en el Preventorio. 
Proximamente contaremos con sus recuerdos escritos y fotografías de su estancia en la Sabinosa, si localiza esas fotos de archivo que tanto nos agrada encontrar cincuenta años mas tarde. Confiamos que no sea el útimo, que poco a poco vayan apareciendo más ex sabinosos, fuimos miles.

22/4/08

La Singer

 

Nuestro compañero, Juan A., nos ha obsequiado con la imagen de otra de sus obras en hierro. En esta ocasión la escultura parte de un clásico de toda la vida, la máquina de coser Singer, habitual en la mayoría de las casas del siglo pasado, de las casas que se lo podían permitir. 
Su contemplación nos remite directamente a la infancia, a nuestras madres y abuelas pedaleando en la Singer. Juan logra con esta obra recuperar de nuestra historia reciente un objeto entrañable covirtiéndolo en arte. La nostalgia es inevitable.
Desconocemos el precio de la obra y si está en venta, pero si alguien está interesado podemos ponerle en contacto con el artista.



Scila/.