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7/6/12

Francisco, un vecino.



El preventorio de La Savinosa. Nosotros le llamábamos el orfanato. Siempre me ha llamado la atención ese lugar de aspecto siniestro. Una vez entré con un amigo cuando el preventorio llevaba 18 años cerrado y estaba bastante deteriorado, yo tendría unos 16 años y fue una visita de lo mas intrigante; recuerdo los montones de mantas que había, iguales a las que 2 años mas tarde encontré en el cuartel donde hice la mili; pero lo que mas me llamó la atención fueron las fichas con nombres y apellidos y si no recuerdo mal acompañadas de una fotografia en blanco y negro de niños que pasaron por allí; estaban en uno de los edificios de planta baja donde también había muchos medicamentos abandonados, al parecer se les suministraba algún tipo de medicación.
El hecho de que me haya decidido a escribir aquí (aunque no sea un sabinoso de los que pasaron por aquel infierno) es que a parte de que es un lugar que siempre me ha atraído (es un escenario perfecto para rodar una película de suspense) es que yo trabajo en un bar de Tarragona en la calle San Benildo por si alguien lo conoce se llama "La Llave"; pues bien el caso en que como alli recibo el diari de Tarragona todos los días y llevamos ya unos cuantos días con el tema del preventorío me han salido un par de temas curiosos y que me han llamado la atención aunque son cosas ya de los años 1972/73. 
El primer caso es de un señor que por aquella epoca trabajaba de albañil y a la salida del trabajo un compañero (de etnia gitana) le sugirió ir a ver su casa a echar una cervecita al lado de la playa, a lo que él aceptó; cual fue su sorpresa que donde le llevó fue a nuestro preventorio de La Savinosa.
En la misma mañana en el bar hablando del tema con un antiguo guardia urbano, ya jubilado, me comentó que a él le tocaba ir a menudo por alli, por esas mini viviendas que el Ayuntamiento habilitó haciendo una especie de compartimentos separados por tabiques para meter alli a la gente. Gente normalmente emigrantes que que vivian en chabolas junto al río Francolí; en aquellos habitáculos la gente tenía electrodomésticos, neveras, cocinas lavadoras, etc., que compraban en la tienda de moda de la época en tarragona: "SIGMA", ese material lo compraban aquellos moradores del preventorio a base de letras que difícilmente pagaban y es por esto que nuestro amigo el guardia urbano visitaba con frecuencia ese lugar reclamando dichas letras. También me comentó que vigilando el lugar habían siempre un par de guardias (los grises) al refugio de una especie de “choza”. Aunque en el interior de aquella gran comunidad que allí se formó el que mandaba era el patriarca, un tal Antonio Carmona, al que todo el mundo respetaba. Con el tiempo estas personas fueron trasladadas a los barrios de Campo Claro y la Esperanza.
Y según cuenta este antiguo guardia urbano estos gitanos dejaron el lugar en un estado lamentable.

Saludos Francisco.